El 14 de marzo de 2023, cuando José Luis Martínez-Almeida prometió desde Valencia que si salía reelegido como alcalde de Madrid en las elecciones del 28 de mayo, se celebraría en la capital una mascletà. Se dieron todos los condicionantes que puso sobre la mesa el conservador: su victoria, la de su ahora homóloga valenciana, María José Catalá, y finalmente la mascletá. Casi un año después, el Puente del Rey se disfrazó de enclave de Valencia en Fallas, con ruidos y olor a pólvora por doquier. También con innumerables críticas de la oposición. Entre todo ese mejunje, el Ayuntamiento de Madrid ocultó que los 45.980 euros en pirotecnia, fruto de un acuerdo entre ambas ciudades en la Feria Internacional del Turismo, fueron la mitad de lo que supuso el coste total de aquella ensoñación, según ha publicado El País.
Aquel 18 de febrero de este 2024, Almeida defendía que traer la mascletá a Madrid no era traer “una montaña de petardos”, sino la “esencia profunda del alma de Valencia”. Así justificaba el alcalde madrileño su promesa, en un intento por disolver las críticas de la oposición capitalina. Madrid Destino, según relata El País, se gastó 45.980 euros en pirotecnia; 4.107,22 en una valla; 4.155,9 en sonido para reproducir temas de Nino Bravo, chotis o pasodobles falleros; 3,338,6 en un Informe de Vibraciones o 1.197,9 en una Memoria Medioambiental. Estas dos últimas partidas, destinadas a asegurar que las explosiones no afectarían a la fauna que habita una zona desde que en 2016 comenzara el plan de renaturalización del Manzanares a su paso por Madrid Río.
Pese a la polémica por el enclave escogido, que tuvo movilizaciones de grupos ecologistas y de izquierdas, al Puente del Rey acudió una nutrida delegación de autoridades valencianas, entre las que destacaba Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, y la alcaldesa de la capital mediterránea, María José Catalá. A ellos, además, se sumaron representantes de la Junta Central Fallera, que invirtió, según estas informaciones, más de 2.000 euros en una jornada que declaró de máximo interés desde el prisma promocional de la fiesta valenciana y, por tanto, su industria.
Según la información de El País, en virtud de la ley de transparencia, desplazaron a decenas de personas hasta Madrid. Un despliegue que contempla el alquiler de un autobús por valor de 710 euros, además de un gasto de 1.400 euros por una comida en el hotel Chamartín The One a la que asistieron 43 personas. Entre este grupo, destacaban la Fallera mayor y su corte, la Fallera mayor infantil y su corte, la directiva de la junta central y siete acompañantes, entre otros. El viaje de la alcaldesa, que acudió a Madrid junto a una delegación de cinco personas, costó 386,18 euros. Así consta en la información que proporcionó el Ayuntamiento. En el portal de transparencia del Ejecutivo valenciano, por su parte, sólo se contemplan 152 euros por el desplazamiento de la directora general de la oficina de prensa de la Presidencia.
Un contrato a dedo
El oscurantismo en torno a la mascletà madrileña, sin embargo, no sólo viene por la parte del Ayuntamiento de Almeida. Este mismo año trascendió que fue la Corporación municipal que dirige María José Catalá la que eligió el contrato a dedo para el evento de José Luis Martínez-Almeida. Los 46.000 euros de la pirotecnia se sufragaron a través de una adjudicación sin publicidad, según consta en la documentación que en su momento avanzó eldiario.es. Fue la regidora valenciana la que, a través de la Comisión de Fallas, indicó a su homólogo que tenía que adjudicar los trabajos a Pirotecnia Valenciana.
Esta contratación se llevó a cabo a través de Madrid Destino, la empresa municipal encargada de organizar los eventos culturales y fiestas en la capital, por el procedimiento de negociado sin publicidad, es decir, sin concurso público. Además, la orden de preparar esta contratación se realizó desde la Dirección General de Actividades y Programas del Área de Gobierno de Cultura, Turismo y Deporte tan solo diez días antes de la celebración de esta lluvia de pólvora.