La alcaldesa de Valencia, María José Catalá, estuvo en el foco de la polémica esta misma semana tras sus polémicas declaraciones. La regidora aseguró que el Ayuntamiento “no pone banderas en el balcón” de la casa consistorial, rechazando la idea de colgar la enseña LGTBI en la fachada de la sede del Gobierno municipal. De hecho, apuntó que no sólo la del Orgullo, sino ninguna. La coalición de PP y Vox en Valencia, además, acordó en noviembre del 2023 cambiar las pancartas de plástico que se colgaban del balcón por pantallas digitales en los laterales. Tras ello, la oposición ha decidido situar la bandera arco iris en sus bancadas para el pleno de este viernes, soliviantando a la ultraderecha, que reclamaba su retirada, pero la primera edil rechazó la solicitud de sus socios.

Esta misma semana, Catalá se situaba en el eje de la controversia al informar de que el Ayuntamiento no colocará la bandera arcoíris en su balcón durante el mes del Orgullo LGTBI. La regidora alegó que “no cuelgan banderas en la fachada” y tampoco lo harían con la enseña del colectivo, como tampoco “lo hacemos con el día del ELA, del Alzheimer o del Cáncer”. Además, adujo que la bandera que tienen “es de plástico” y, en virtud del acuerdo entre conservadores y ultraderechistas, que prohíbe la colocación de pancartas de este material, que a su vez fueron sustituidas por pantallas.

La bandera LGTBI ha vuelto al foco del debate público en la Ciudad del Turia, después de que en el pleno de este viernes, tanto Compromís como el PSPV han exhibido en sus respectivas bancadas del Hemiciclo la enseña arcoíris. Un hecho que no pasado de puntillas para Vox y sus socios de gobierno. Antes de arrancar el pleno, el portavoz municipal de los ultraderechistas, Juanma Badenas, pedía la palabra para urgir a la alcaldesa a cumplir con “la legislación vigente y la jurisprudencia aplicable” para que retiren “las banderas que no corresponden en este lugar” de la Casa consistorial.

Tras la intervención del también primer teniente de alcalde, se ha registrado cierto griterío desde las bancadas de la oposición, desde las que se ha escuchado a Pere Fuset, concejal de Compromís, espetar “pero no es homófobo”. Badenas replicó de manera escueta, dando pie a la discusión con los grupos de izquierdas: “¿Y?”. La alcaldesa, María José Catalá, tras unos minutos de consulta con el secretario municipal, tomó la determinación de que no había ninguna necesidad de retirar las banderas, dado que no está reflejado en ningún tipo de normativa aplicable a la parte del Hemiciclo donde estaban expuestos.

La intervención de Catalá ha dado pie a un nuevo envite del cruce de declaraciones entre Badenas y los partidos de la oposición, que la propia alcaldesa ha tenido que cortar de raíz. “No es un debate, se ha tomado una decisión”. Así, la primera edil valenciana ha acabado con la discusión para que diera comienzo el pleno.

La bandera LGTBI en Valencia

Pese a esta decisión, la enseña arcoíris sigue sin aparecer en la balconada de la Casa consistorial después de una semana de fervientes críticas por su decisión. La regidora se defendía de estas argumentando que era una suerte de sobreactuación y “afán de protagonismo” de los socialistas. En este sentido, Catalá destacó que “la diversidad ya es una bandera social” y “no política”. “La diversidad y la libertad para amar en esta ciudad no corresponde a nadie y hacemos mal los políticos cuando queremos patrimonializar banderas que ya no son de la política, sino de la sociedad, con independencia de la persona a quien vote”, exclamó.

"Si estamos defendiendo la libertad para que la persona ame a quien quiera, que también vote a quien quiera con independencia de cuestiones que son logros sociales que hemos conseguido entre todos", ha agregado. Sin embargo, ni rastro de esta defensa de la libertad en la fachada del consistorio.

"Decidimos hace muchos meses transformar esas banderas, que dicho sea de paso, era de un material que era plástico y queríamos dar un ejemplo también la Capitalidad Verde Europea transformando ese tipo de materiales en material electrónico", ha excusado, antes de concluir: "Respeto mucho la libertad de mi oposición de poner en sus despachos lo que considere, pero yo si pongo la bandera del Orgullo también pongo la del Alzheimer, la del ELA, la del Cáncer y también pongo la de todas las banderas y necesidades sociales que tiene esta ciudad".

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