Este miércoles ha tenido lugar una Sesión de Investidura de lo más anómala en Madrid. Ni Isabel Díaz Ayuso ni Ángel Gabilondo han conseguido sumar los apoyos suficientes para ser propuestos como candidatos a ojos del presidente del órgano rector de la Asamblea de Madrid, Juan Trinidad. La derecha lo intentó hasta el último momento: Santiago Abascal y Pablo Casado se reunieron este martes en el Congreso de los Diputados sin éxito. Misma suerte corrieron Ignacio Aguado, Díaz Ayuso y Rocío Monasterio por la tarde en la Asamblea.

Mano tendida en un horizonte que empieza a descontar minutos. Dos meses de plazo para que los partidos consigan superar sus diferencias y hacer que la aritmética permita que la legislatura eche a andar. Con el patio de butacas lleno de autoridades dando el visto bueno a sus pupilos y jaleando cada uno de sus argumentos -se han dejado ver Almeida, Villacís, Espinosa de los Monteros o Marcos de Quinto, entre otros-, los todavía candidatos han cargado fuertemente contra sus rivales y han pedido altura de miras a sus homólogos en función de sus intereses partidistas.

Diez minutos de intervención para cada uno de los dirigentes, la primera en obtener el turno de palabra ha sido Isa Serra, portavoz de Unidas Podemos: “Nos dicen que no van a pactar con la ultraderecha, pero se sientan a tomar café y aceptan sus votos. Ustedes están profundizando el descrédito creando más desafección hacia las instituciones", ha indicado la candidata en clara alusión a Ciudadanos.

Misma estela la emprendida por Íñigo Errejón. Especialmente crítico con los naranjas, ha tirado de hemeroteca para recordar algunas de las frases más homófobas, machistas y retrógradas pronunciadas por Vox: “Ustedes viajan con Vox en el coche, pero, por ahora, los meten en el maletero para que no los veamos. Viven en una tensión, y la han trasladado a la ciudadanía. Se han jactado de los réditos de esta tensión en algunos actos”, ha insistido el otrora dirigente de Podemos. Pero no ha cesado en su embravecido discurso frente a la “falsedad” de los de Rivera: “El PP ha perdido las elecciones, pero ustedes van a darle una prórroga más porque creen que la merece. Levantan un muro contra la izquierda pero no contra la desigualdad, la subida del alquiler y los derechos”.

El debate ha sido intenso. Ningún partido conforme con lo sucedido, todos han reivindicado su papel en las negociaciones y han mostrado de forma categórica y lapidaria sus intenciones. Merece destacar el turno de palabra de Rocío Monasterio, que con el carácter atrabiliario e incendiario que la caracteriza ha cargado contra el feminismo, el colectivo LGTBIQ+ y la izquierda radical: “Nosotros defendemos el derecho a la disidencia: a pensar distinto, a defender la vida desde su concepción hasta la muerte natural, a defender la verdadera igualdad alejada del feminismo radical, a decir y defender que no hay una interpretación única de la historia, y que la izquierda no puede imponer su versión para enfrentar de nuevo a los españoles […]”.

Además, ha tenido tiempo para pedir a populares y naranjas que respeten a sus votantes, que se les incluya en las negociaciones y que no traten de reducir el espectro y centrarse en la defensa de sus intereses particulares.

Ignacio Aguado también ha interpelado a los ultras. Les ha pedido que reculen y repiensen su estrategia. Un claro ejemplo de servilismo obligado por la dependencia de unos votos sin los que la suma es imposible: “Le pido a Vox que rectifique. Díganme, ¿qué punto no les gusta?”. Además, por si había alguna duda sobre la hoja de ruta que emprenderían los naranjas, el líder regional ha negado cualquier tipo de entendimiento con la izquierda.

Por último, ha llegado el turno de Isabel Díaz Ayuso y Ángel Gabilondo. Los únicos dos candidatos con opciones reales de conseguir ser investidos en estos dos meses de plazo. La popular, más cauta en las formas de lo que acostumbra, ha insistido en que “el entendimiento entre Ciudadanos y Vox es necesario”. “Por ello, les invito a abrir una mesa de diálogo como la de ayer. Tendemos la mano a dos bandos”, ha añadido.

Posteriormente, el socialista ha mantenido las formas y se ha quejado al presidente de la Mesa, Juan Trinidad, por no proponerlo pese a ser el candidato con más apoyos: “No descartamos todavía la posibilidad de construir una mayoría. Había candidato, pero el presidente no lo ha propuesto”.