Todo apuntaba a que la jornada iba ser de calma, y casi lo fue, aunque los violentos terminaron señalando en algunos puntos que no se rinden. El independentismo hizo una llamada a la calma, e, incluso, se desconvocó la movilización en Barcelona. Durante varias horas, manifestantes pacíficos y violentos mantuvieron un pulso. Sin embargo, antes de que el reloj diera inicio oficialmente a la jornada del domingo, se llevó a cabo la primera barricada. 

Uno de los grupos formó una hoguera con mobiliario urbano y la prendió en el cruce de la calle Pau Claris con la plaza Urquinaona. La policía no tardó en dispersarlos tirando proyectiles foam. 

El grueso de las personas concentradas en el cruce entre plaza Urquinaona y Via Laietana, sin embargo, continúó pacífico, pese a estar próximo a la zonas donde se desarrollaban los altercados y reprochó a los encapuchados su actuación. Al retirarse los furgones policiales, los manifestantes corearon gritos de "Hemos ganado", "El pueblo unido jamás será vencido", "Sí se puede" e "Independencia".

Otro de los puntos de la Ciudad Condal en los que se registrron destrozos de mobiliario urbano es la confluencia de La Rambla con la plaza Cataluña, donde se prendieron, además, un par de fuegos. 

Pese a todo, no se repitieron las imágenes de batalla campal ni el la Ciudad Condal ni en ningún otro punto de Cataluña. El balance de heridos fue, por tanto, mucho menor. El Sistema d'Emergències Mèdiques (SEM) atendió a catorce personas, once de ellas en Barcelona. De todas, solo dos precisaron ser trasladadas a un centro médico.