Anuncios en política exterior mediante, el presidente del Gobierno ha pasado al ataque ante la “máquina del fango”. Sánchez aceptó el reto del Partido Popular para responder a las acusaciones sobre la actividad profesional de su mujer, Begoña Gómez, y así ha sido. El jefe del Ejecutivo ha situado a la coalición “reaccionaria” que no sólo “fabrica bulos”, sino que además los utiliza para “llegar al poder”. Dos formaciones cuyo proyecto, asegura, está opacado por el ruido para tapar los avances de un país que no deja de crecer. Datos que empoderan a la clase trabajadora, pero no a la “minoría” a la que, según Sánchez, sirven populares y ultraderechistas.

Sánchez desfiló por los pasillos del Congreso sonriente, flanqueado por su guardia pretoriana habitual. Con una visible tranquilidad ante un Pleno que ya se antojaba bronco desde el martes, el jefe del Ejecutivo se introdujo en el Hemiciclo, se sentó en su escaño y espero a ser llamado a filas para lanzar un primer mensaje pacificador. En consonancia de lo que vendría después. “Debatamos, discrepemos, critiquemos los argumentos del otro, pero hagámoslo desde la cortesía parlamentaria, no desde la mentira y el insulto”. Fueron sus primeras palabras de su intervención, que ha durado unos 45 minutos.

La “paz” era el objetivo del pleno. No sólo por el reconocimiento del Estado palestino, que finalmente llegará el próximo 28 de mayo al Consejo de Ministros, sino para retratar a una oposición envuelta en un manto “reaccionario”. Presta y dispuesta a no desconectar la “máquina del fango”. Entre medias, un rosario de iniciativas del Gobierno en el ámbito diplomático que exponen la influencia de España en la Comunidad Internacional. Un hecho que, por cierto, también provoca desaires en la derecha.

Sánchez: "Debatamos, discrepemos, critiquemos los argumentos del otro, pero hagámoslo desde la cortesía parlamentaria"

Hechos que despiertan aspavientos en la derecha. Sánchez no ignoró el runrún de la bancada de la oposición cuando urgía a los 350 parlamentarios a “practicar el juego limpio, yendo al balón y no a por los jugadores”. La propuesta era recibida con murmullos entre los escaños la derecha y la ultraderecha, a quienes Sánchez se avino a regañar. “Esta es mi propuesta. No sé muy bien por qué se dan por aludidos algunos diputados y diputadas de la oposición”, adujo.

Bulo, insulto y fango

El pasado mes de abril, Sánchez compareció ante sus señorías y acuñó por primera vez aquello de “la nada y el lodo”. Hoy lo ha recuperado para referirse de nuevo a una extrema derecha que lucha para “debilitar a Europa, sin equipo, sin proyecto y sin propuestas”, en convergencia con un Partido Popular cuya última decisión internacional de calado fue para “arrastrar” a España a la “injusta” e “ilegal” guerra de Irak. De inmediato, se avino a igualarlos. “Ya no se distinguen sus posiciones”, ha advertido, enumerando las muecas, los insultos y el boicot contra la “imagen de España” ante las instituciones comunitarias; recordando los “bulos” que fabrican para que la Comunidad Europea retrasara el desembolso de fondos europeos.

Sánchez sacó pecho del incontestable triunfo de Illa en Cataluña y recordó que España derrotó a ETA hará más de diez años ya. España ha cambiado y así lo ha expuesto el presidente. “Euskadi, Cataluña y todo el país han decidido abrir un tiempo nuevo de convivencia y reencuentro”, ha espetado, neutralizando así los mantras argumentales tanto de Partido Popular como de Vox. Dos partidos que conforman la “coalición reaccionaria”, carente de ideas y a la que sólo le queda mantener activa la “máquina del fango” para medrar la figura del presidente del Gobierno como hicieron antaño “contra otros líderes progresistas”.

Los tiempos han cambiado y también los métodos. Así lo ha expuesto el jefe del Ejecutivo, describiendo los “nuevos mecanismos digitales” que, a ojos de Sánchez, la derecha y la ultraderecha tienen a su disposición para “enturbiar el debate público”. “Es un funcionamiento sencillo. Se trata de financiar a medios digitales para fabricar bulos que luego se hacen eco PP y Vox y se convierten en acusaciones falsas a través de organizaciones ultraderechistas como Manos Limpias”, ha rematado.

PP y Vox accionan la “máquina del fango” con un “triple objetivo”. En primer lugar, Sánchez ha deslizado que Feijóo y Abascal tratan de “ocultar” su “verdadero proyecto político”, dirigido para una “minoría de privilegiados”. “Congelar las pensiones y el SMI, banalizar la violencia de género o negar los efectos del cambio climático… Es un proyecto antisocial que sólo unos pocos votarían si tuvieran que explicarlo abiertamente”, ha rematado, al tiempo que identifica el segundo fin de la “coalición reaccionaria” con un ejercicio de ocultación de “todos los éxitos del Gobierno” y que, a la postre, son de “todo un país”.

Sánchez ha deslizado que buscan la creación de una “atmósfera artificial frente a la realidad de un país que crece más que la media europea”, por poner un ejemplo. Pero también buscan quebrar a su persona. “Ya les digo que van listos. Van listos. Soy muy consciente de por qué me atacan a mí y a mi familia. Sé perfectamente que no es por tener el apellido que tengo. No, no es el sanchismo. Me atacan por presidir un Gobierno que sube el SMI, revaloriza sus pensiones y pone impuestos a las grandes fortunas”, ha rematado el jefe del Ejecutivo, quien se ha visto interrumpido por una intensa ovación del Grupo Parlamentario Socialista.

Sánchez ha desgranado que la máquina del fango no sólo ataca al individuo, sino también a su entorno o también a “periodistas, creadores e intelectuales que no repiten sus consignas”. Tampoco desdeñan piezas de caza mayor como “empresarios que no les apoyan” y, por supuesto, políticos progresistas o nacionalistas. “Todos ellos y todas ellas cuentan con mi apoyo y solidaridad”, ha señalado el jefe del Ejecutivo.

En defensa de Begoña

En este sentido, el daño colateral de la máquina del fango ha sido Begoña Gómez. La mujer de Pedro Sánchez era objetivo número uno de la derecha y la ultraderecha. Así lo ha deslizado el propio jefe del Ejecutivo, quien ha establecido una defensa a ultranza de su esposa. “Es una profesional honesta, seria y responsable”, ha advertido.

En cualquier caso, ha aireado su convencimiento de que la Justicia archivará la causa que abrió la querella del sindicato ultraderechista Manos Limpias porque, a su juicio, lo único que hay tras de ella “es el fango”. En este sentido, acepta el envite del Partido Popular y advierte a Feijóo de que no tiene nada que ocultar y que tanto él como su mujer estarán “encantados de comparecer” en la comisión de investigación del Senado.

Sánchez resucitaba los años de los “sobres con sus iniciales y fajos de billetes dentro” en Génova. “El tráfico de influencias no lo hacen mandando cartas oficiales”, ironizaba el jefe del Ejecutivo, quien insistió en que su mujer es una “profesional honesta y responsable”, además de ensalzar la “limpieza” de su Gobierno. “No todos somos iguales. Si no me creen, cuenten el número de exministros populares procesados y condenados por corrupción y cuenten los míos”, zanjó, dirigiéndose a su escaño tras dar un profundo sorbo a su vaso de agua mientras la bancada socialista enrojecía sus manos.

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