El actor y presentador de televisión Arturo Valls ha demandado a Rocío Monasterio, líder de Vox en Madrid, por su trabajo como arquitecta. El presentador de ‘Ahora caigo’ (Antena 3) contrató a la líder de Vox para convertir un local comercial en vivienda en 2005, tal y como adelantó El País.

Este último imprevisto se suma a la lista de problemas que acumula la líder de los ultras en Madrid tras destaparse que firmaba proyectos, presupuestos y planos como arquitecta sin tener el título. De hecho, Monasterio borró todo rastro de su portfolio virtual este jueves. 

Ahora, la dirigente ha arremetido en Twitter contra el conocido presentador. Fuera de reconocer errores, manteniendo su característico tono y sin reconocer errores, ha tuiteado lo siguiente: "Anda... un progre que manda a su manager a q compre un local comercial a nombre de una sociedad, se evita el ITP, recupera el IVA, se desgrava el coste de la obra, y lo alquila a terceros durante años, pero resulta que quería una vivienda... y 15 años más tarde, ¡ahora caigo!". 

Valls, estafado por Monasterio

Según el expediente municipal del inmueble al que ha tenido acceso El País, Rocío Monasterio repitió el patrón de conducta de los casos anteriores: las obras de reforma del local para transformarlo en vivienda se llevaron a cabo sin licencia. Al igual que en otros casos, también habría asegurado que se podía cambiar el uso de local comercial a vivienda, cosa que nunca sucedió. Este caso se suma a la larga lista de irregularidades urbanísticas que salpican a Monasterio y a su marido, Iván Espinosa de los Monteros, portavoz de Vox en el Congreso de los Diputados y promotor inmobiliario.

Todo se remonta a 2005, cuando Arturo Valls buscaba un piso en Madrid y entró en contacto con el estudio de la presidenta de Vox de la Comunidad de Madrid. Por aquel entonces Monasterio se presentaba como arquitecta, aunque el título lo obtuvo en 2009. Ella y su marido, Iván Espinosa, le ofrecieron al presentador la posibilidad de convertir en vivienda un viejo local comercial que habían localizado en el número 7 de la calle Rodas, en el barrio de Lavapiés.