El líder de Cs, Albert Rivera, ha reprochado este sábado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y al dirigente del PP, Pablo Casado, que se centran en buscar diferencias entre aspirantes a La Moncloa: "No me veréis hablando de Franco ni del aborto. Eso lo dejo para Casado y Sánchez. Yo quiero hablar de España".

Lo ha dicho durante un 'Encuentro Ciudadano' con la líder en Catalunya, Inés Arrimadas; la líder en el Ayuntamiento de Barcelona, Carina Mejías, y el excalcalde de L'Hospitalet y 'número 3' de Manuel Valls a la Alcaldía de Barcelona, Celestino Corbacho.

"Yo no veo en el votante del PSOE o del PP un enemigo: yo veo a un compatriota, con diferentes ideas", pero Rivera ha dicho que sí ve a sus líderes interesados en buscar diferencias.

"Todo el día hablando de Franco y del aborto" --ha criticado-- en vez de hablar de educación, innovación, llegada de empresas y administración pública, por ejemplo.

Ha insistido en que no aspira a una España en que todos tengan el carné de Cs: "Yo primero soy de España y después de Cs", y ha pedido unir a la gente más válida para gobernar.

En todo el discurso ha insistido en que es momento de unirse con gente "de empuje, de la sociedad civil y con experiencia", porque éste es un momento que ha definido como histórico y con necesidad de reformas históricas.

Por eso, ha destacado al "constitucionalista" Corbacho como ejemplo de que Cs debe ser valiente para sumar con gente como el exministro socialista y como el exprimer ministro francés Manuel Valls.

También ha dicho que Cs no ha parado de crecer, desde sus principios, en esa dirección de unir, y ha pedido gobernar así también: junto a personas "con experiencia".

Ha vuelto a aludir a Valls y Corbacho como ejemplo de lo que se puede conseguir en Barcelona, para que la capital catalana sea un motor de cambio frente al proceso soberanista: "Para que las ciudades sean de todos, no solo de los separatistas".

El reclamo del constitucionalismo

Ha seguido citando a socialistas al acusar a Sánchez de "expulsar a todo socialista constitucionalista: está diciéndoles 'Váyanse ustedes o quitándoles de las listas electorales".

"A (Alfonso) Guerra le quita la Fundación. Soraya Rodríguez y no sé quién más en el Parlamento ya no van a repetir", y otros se van porque priorizan ser constitucionalista y español antes que socialista, según él.

"Pues quiero unir a toda esa gente. Quiero darme la mano con toda esa gente", y ha asegurado que todo esto también está pasando en el PP porque hay populares que son liberales y no conservadores que quiere un nuevo proyecto para España.

También ha aludido al ministro socialista de Exteriores, cuyo futuro considera condicionado por el proceso soberanista: "Ya se han cobrado la cabeza de (Josep) Borrell los separatistas. Ahora mismo es como un trofeo en la sede de ERC: 'Oiga, que no queremos a éste'. Pues lo enviamos para Europa".

Para el líder de Cs, antes de la campaña de las generales "están intentando pactar el siguiente Gobierno, incluso escogiendo a los ministros que tienen que estar ahí".

Frente a PP y PSOE, ha reivindicado que "la dicotomía ha muerto" en favor de lo que él define como una tercera España, y ha negado a Sánchez que haya que reconstruir la izquierda, alegando que España es quien necesita ser reconstruida.

La clave de "los conservadores"

También ha defendido que no se trata solo de echar a Pedro Sánchez de La Moncloa, sino de proyectar el futuro, y ha afirmado que "eso es lo que tienen que decidir los conservadores.

"¿Qué quieren? ¿Volver al pasado? ¿Es eso lo que quieren los conservadores? ¿Volver a los años 80? No", les ha advertido.

Para dejar el pasado y mirar al futuro, ha vuelto a defender la unión de los expertos y de los jóvenes, como Arrimadas, "gente preparada, valiente" del siglo XXI, sin olvidar la experiencia de gente que antes ha construido España ni olvidar tampoco a quienes no tienen experiencia política pero sí en otros sectores.