Mariano Rajoy es el único Presidente al que no le han filtrado con anterioridad los nombres de los futuros ministros, cómo lo ha conseguido es la incógnita: o bien porque se calla los nombres hasta el último segundo o bien porque las pocas personas que pueden saberlo con anterioridad tienen pánico a decir nada por el riesgo de enfadar al jefe. No obstante, en diciembre de 2011 Rajoy había dado algunas pistas interpretables, pero en esta ocasión su mutismo es pétreo, de hormigón: nadie sabe nada y nadie en el PP se atreve a hacer conjeturas. La realidad también indica en que Rajoy tiene mucho más difícil hacer Gobierno en esta ocasión, no sólo porque ya no tiene mayoría absoluta, porque tiene que buscar ministros con más 'talante', sino que sin duda habrá algún damnificado. En 2011 se permitió nombrar ministros por pura amistad y lealtad personal, como Jorge Fernández a Interior, esta vez el Parlamento no está para esas licencias.

 

Guerra Soraya/Cospedal

El enfrentamiento y antipatía manifiesta que se profesan 'las dos números dos', Soraya Sáenz de Santamaría (su número dos en el Gobierno) y Dolores de Cospedal (la número dos en el partido) planea sobre el Partido Popular y sobre Moncloa desde hace años. Ambas son leales "a muerte" a Rajoy, pero Cospedal se ha tenido que tragar "los sapos más duros dando lac ara en momentos difícilísimo para el partido con la corrupción mientras Soraya se parapetaba tras la mesa del Consejo de ministros", señalan fuentes del PP. Cospedal quiere ser ministra y en el PP dan por seguro que Rajoy compensará su lealtad.

El problema radica en cómo solucionará Rajoy el equilibrio de poder entre ambas y, sobre todo, si el presidente tiene en cuenta las voces que señalas que la Vicepresidenta en funciones acumula demasiado poder y que controla el CNI en su beneficio. A Cospedal le gustaría ser ministra de Interior o de Defensa. Con el primero controlaría un servicio de información tan eficaz o más que el CNI, el de la Guardia Civil, además de la UDEF y la UCO, principales unidades contra la corrupción. Con defensa controlaría el CNI, aunque el Centro Nacional e Inteligencia siempre despacha con quien tenga la vicepresidencia del Gobierno.

 

Y los amigos

El ministro en funciones de Interior, Jorge Fernández Díaz, es amigo personal e Rajoy, incondicional y leal a las duras y las maduras. Pero Jorge Fernández acaba de ser reprobado en el Parlamento por todos los partidos menos el PP a causa de la bochornosa trama urdida para espiar a políticos catalanes e impulsar acusaciones falsas. En ningún país democrático europeo seguiría siendo ministro ante semejante escándalo. Pero a Rajoy le resultará doloroso darle el boleto de despedida, como lo fue dárselo en su día a Ana Mato, ministra de Sanidad por su amistad personal y en agradecimiento mostrado en el congreso del PP de Valencia.

Lo mismo ocurre en el área económica, Rajoy aprecia a Montoro, pero la amnistía fiscal y los recortes brutales tienen a este ministro más que chamuscado.

 

Ministros/diputados que no pueden faltar en votaciones

A ello hay que sumar, aunque no es lo más relevante, que el PP solo tiene 123 diputados y que para ganar votaciones no puede faltar ni uno de ellos, ni por asistencia a Consejos Europeos ni por nada. Por ello, muchos en el PP creen que si hay ministros que actualmente don disputados debería renunciar al escaño algo que afectaría, por ejemplo, a Dolores de Cospedal o a Jorge Moragas, a quien la rumorología sitúa como ministro de Asuntos Exteriores. Ninguno de los dos quiere dejar el escaño en el Congreso.