Parecía que nada ni nadie iba a poder con María Dolores de Cospedal. Los escándalos y las malas formas de hacer política iban pasando por delante de ella, algunos inundándola más que salpicándola, pero ella seguía ahí, impasible. Hasta hoy.

Mariano Rajoy ha tomado una decisión: degradarla, mandarla a un segundo plano y, con ello, elevar a Fernando Martínez-Maíllo, quien ya es el hombre fuerte de Génova y ejerce más de secretario general que la propia Cospedal, quien a día de hoy ostenta el cargo de manera formar, según ha publicado el diario Público.

Quizás, el ser a la vez la secretaria general del partido y la presidenta del PP de Castilla-La Mancha; quizás, su forma de explicar el despido de Bárcenas; o sus enfrentamientos con populares de peso como Soraya Sáenz de Santamaría o Javier Arenas hayan ido desgastando la posición de Cospedal.

Rajoy apuesta por Maillo

En Génova confirman el ascenso de Maíllo, una de las personas más cercanas a Rajoy. Todo parece apuntar a que el presidente en funciones confía plenamente en su amigo. En 2015 le escogió para sustituir a Floriano y desde entonces, todo ha sido subir.

Aun así, esta decisión también podría entenderse como un intento de renovar las filas y las cabezas visibles del Partido Popular. Ese mismo año, cuando nombró a Maillo en 2015 vicesecretario de Organización del PP, también introdujo en la dirección nacional del partido a Pablo Casado, Andrea Levy y Javier Maroto. Todo con vistas a las nuevas elecciones a las que ya estamos abocados.

“Mandas menos que Cospedal”

Ya adelantamos hace unas semanas en ELPLURAL.COM la caída en picado de Cospedal. Aunque de cara a la galería seguía siendo la número dos de Rajoy, en Génova 13 se decía otra cosa. Siendo más concretos, su situación puso de moda una frase entre los trabajadores de la sede nacional del PP: “Mandas menos que Cospedal”.

Ya en marzo, fuentes del PP nacional aseguraban: “Dolores está en caída libre y ya ni siquiera Mariano Rajoy está dispuesto a abrir sus brazos para minimizar el batacazo que ya sufrió en mayo de 2015 al perder la Presidencia de Castilla La Mancha, derrota ratificada y ampliada por la pérdida de más de 70.000 votos y dos diputados en Toledo en las elecciones generales del 20-D, cuyo cartel encabezaba la propia Cospedal”.

Entonces no era exagerado afirmar que “Cospedal no manda nada, o casi nada” y, desde ahora, menos todavía.