Es sin duda el patito feo de la coalición Sumar. El que más desgaste ha sufrido y el que más incómodo resulta a todos. Un elefante en la habitación que, sin embargo, pretende marcar la agenda a Yolanda Díaz, aunque sea a costa del enfrentamiento. "La coalición no se repetiría si hubiera una repetición electoral, pero no contemplamos otra cosa, a ver cómo queda", señala una fuente orgánica del partido morado, cansado de que Podemos se convierta siempre en noticia por polémicas.

La situación del partido ha cambiado en apenas unos meses. Yolanda Díaz era la esperanza del partido. Un perfil más amable, que encabezaba las medidas del ala morada del Gobierno y que gustaba en la calle. Sin embargo, tomaba un camino separado de la mano de las tesis del núcleo duro de Pablo Iglesias y arrancaba un proceso de escucha que le alejaba de figuras como Irene Montero o Ione Belarra. Desde entonces, todo es confrontación y silencio. De hecho, el núcleo duro de Yolanda Díaz es el que controla todo. Por eso, la frase que más escucha un periodista cuando habla con cualquier responsable de comunicación de Podemos con cualquier cuestión relacionada con el grupo parlamentario o a la coalición es "esto se lo tiene que preguntar a Sumar, nosotros no controlamos esto". Ningún margen de maniobra. Ahora lidera Díaz y ninguno de los ocho partidos restantes.

Tras la lucha por el veto a Irene Montero para concurrir en las listas de Sumar, el partido morado ahora pugna por Montero. La operación salvar Igualdad lleva semanas en marcha. Fue una de las propuestas de Podemos para el PSOE y Sumar. 

Belarra pidió a los socialistas que se "tomen en serio la legislatura" y conformen un Ejecutivo "valiente" con un programa "ambicioso". "Le pido que ejerza su responsabilidad, que construya un Gobierno estable y para eso, para nosotras, es imprescindible que Podemos esté en ese Ejecutivo, que esté representado en Irene Montero y que la ministra de Igualdad continúe al frente del cargo", aseguró.

Díaz y Sánchez optan por reducir nombres. Quieren que sea un Ejecutivo "más compacto y eficaz" que el actual y que solo haya, como mucho, 16 o 17 carteras. De hecho, esta reducción podría pasar por que Sumar se quede solo con dos o tres ministerios, a diferencia de Podemos que esta legislatura ha tenido cinco carteras. Esta reducción pasa también porque el PSOE recupere las competencias de Igualdad y que incluso se quede dentro de una cartera más amplia. 

"En el 2019, el PSOE ya quería todas las carteras para sí, pero los votos de los que disponen son los que son", indicaba al respecto Belarra a la vez que pedía a Yolanda Díaz que fuera más ambiciosa y peleara por las carteras.

No obstante, el PSOE no se fía de Podemos. De salir adelante la legislatura, cada voto valdrá su peso en oro. La ajustada aritmética exige contentar a todos y el PSOE quiere que Yolanda Díaz vigile muy de cerca a los cinco diputados de Podemos. Quieren evitar que promuevan algún boicot a alguna votación clave y que torpedeen la legislatura al ser "un zorro dentro de un gallinero".

Sin embargo, otros apuestan por cambiar el discurso. Por ejemplo, sacar pecho del "motor" que ha supuesto Unidas Podemos estos últimos cuatro años de legislatura y reivindicar cuestiones como el Ingreso Mínimo Vital, los impuestos a energéticas y bancos, el límite a los precios del alquiler o la subida del ingreso de sociedades. 

Además, persistir en el mantra de que "al PSOE hay que obligarle a ser de izquierdas". Es decir, que primero sus propuestas con criticadas o se tildan de imposibles, pero con el paso del tiempo son finalmente asumidas por su socio e incluso son las que reivindican en campaña electoral "cuando Sánchez se pone el traje de rojo".

Una de las últimas personas que ha demostrado disconformidad con la dirección actual es Alejandra Jacinto. La líder de Podemos en la Asamblea de Madrid, se quedó sin escaño por un puñado de votos el 28 de mayo y ahora deja la política y vuelve a su trabajo a pesar de que tras el pacto con Sumar, se convertía en su portavoz en vivienda. En el comunicado en el que dimitía esta misma semana de la Ejecutiva de Podemos, aprovechaba y advertía de que las dinámicas internas de los partidos no deben "ahogar" los debates propositivos ni "desplazar" a la sociedad civil

Deudas y un ERE

Precisamente el batacazo del 28-M que dejó sin escaño a perfiles como Jacinto, supuso un varapalo a las cuentas del partido. Solo en Madrid, Podemos tiene que hacer frente a medio millón de euros. Al no llegar al 5% que exige la ley electoral para obtener representación no perciben por completo la subvención electoral y se complica su paso de devolver los microcréditos. Por poner un ejemplo, solo en las elecciones municipales cada partido recibe 270,90 euros por cada concejal electo y 0,54 euros por cada uno de los votos conseguidos por cada candidatura si se tiene representación.

Una situación complicada que se ha traducido en un ERE. En agosto, Podemos remitía un escrito a los trabajadores afectados, explicando que es necesario realizar una "profunda reorganización en todos los ámbitos" para poder así adecuarse "al descenso de recursos" tras los resultados en las elecciones autonómicas, municipales y generales. De hecho, señalan como principales motivos al "descenso de diputados" y a "la desaparición, total o parcial de ingresos" en hasta nueve territorios. Un "nuevo escenario", reconocen, que necesita de importantes reajustes para mantener el "firme objetivo de asegurar la acción política de Podemos y garantizar el avance de las políticas transformadoras".

De esta forma, los despidos se han realizado en AragónAsturias, Baleares, Canarias, Cantabria, Castilla La Mancha, Madrid, Comunidad Valenciana y Galicia, donde se preveía "la extinción de los contratos y el cierre de los centros de trabajo", según hacía saber el partido de Ione Belarra a los trabajadores.

No solo en los territorios ha habido recortes. La oleada de despidos ha afectado también a los trabajadores a nivel estatal, reduciendo aproximadamente el 10% de la plantilla, el umbral mínimo por el que es obligatorio iniciar un procedimiento laboral como el del ERE.

De los 106 trabajadores afectados, se da ha dado por hecho la salida de al menos 45 procedentes de los territorios. La previsión de Podemos era despedir a todos los empleados de las nueve federaciones afectadas: 5 en Aragón, 7 en Asturias, 8 en Baleares, 6 en Canarias, 4 en Castilla-La Mancha, 1 en Cantabria, 3 en Galicia, 4 en la Comunidad de Madrid y 7 en la Comunidad Valenciana.

Nueva hoja de ruta

Sin embargo, Podemos afronta la legislatura con esperanza y ha iniciado una especie de refundación para adaptarse a la situación actual de la formación. A mediados de septiembre iniciaron una nueva hoja de ruta con la que reconducir su política más allá de Montero y conocer cuál es la "voz propia" que reclaman a Díaz. "La gente de Podemos tenemos una enorme responsabilidad. La responsabilidad de cuidar nuestra forma de hacer política, en equipo; porque las cosas importantes nunca se consiguen dejando caer a quien se pone en primera línea y, sobre todo, se consiguen siempre juntas, en común", indicaba el partido explicando el denominado como "proceso de reflexión y debate colectivo".

Toca el momento de escuchar a las bases con multitud de asambleas y reuniones de los círculos para incluir enmiendas al documento propuesto por la dirección y que culminará en una gran conferencia política el próximo sábado 4 de noviembre en Madrid. El formato no está claro, pero será en los días inmediatamente después de que los inscritos voten el texto final.  

Pese a todo, hay quien siembra dudas sobre Belarra. "Ione ha tenido un problema y es Pablo Iglesias. Marca tanto la agenda que su papel ha quedado desdibujado muchas veces. Estoy seguro que en un bar poca gente sabría decir quién es y qué papel tiene. Necesita apartarse de él y reivindicarse porque es una de las mejores políticas que hay en activo", reconoce una fuente próxima a Podemos. Por ello, muchos ven su papel fuera del Gobierno como contrapeso y terminando de apuntalar su liderazgo y figura.

"El Gobierno va a ser un polvorín y como Sumar siga con mano dura con el núcleo de Yolanda menospreciando al resto, Belarra puede salir reforzada", apuntan en las filas moradas.

También como voz dentro de Sumar. La dirección del grupo aún no ha elaborado el reglamento interno que rige cómo funciona. Ni está ni se le espera. El "grupo unido" que encabeza a 9 formaciones diferentes no tiene como organizarse en el Congreso. Agravado a la situación de dejar sin portavocías a los partidos de ámbito estatal, la situación se tensa. De hecho, Podemos contaba con mecanismos para coordinarse como era la mesa confederal en el que confluían todos los partidos de Unidas Podemos para comunicarse y negociar. Ahora, la dirección del grupo decide y el resto de diputados de la coalición conoce las decisiones.