La muerte este jueves del genial Johan Cruyff ha provocado la reacción de diferentes sectores de la vida y no solo del deporte, a lo largo y ancho del planeta. Uno de los que se sumó a las muestras de condolencia fue el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, a través de una carta publicada en diferentes medios titulada 'Mentalidad de victoria'.

Lo más llamativo de la misiva es que, una vez entra en materia, trufa el texto de una carga política que nada tiene que ver con el personaje homenajeado en todo el mundo. Entre otras cosas, Puigdemont indica que su aportación “va mucho más allá del fútbol, porque su personalidad se ha convertido en un referente de país, por encima de diferencias de colores o de afinidades deportivas”.

Ganar como país

El presidente catalán, que parece que no ha visto nunca en una de estas, continúa señalando que “su gran virtud fue abrirnos los ojos y demostrarnos que podemos ganar, no solo deportivamente, sino como país”. Las proclamas que lanza intentan buscar a todas luces una correlación que, con seguridad, ha chirriado a más de uno. “Su mentalidad de victoria se contagió al conjunto de la sociedad catalana. Pero a la vez demostró que esto se consigue trabajando, con esfuerzo, tenacidad y audacia. El éxito nunca es gratuito, es fruto del trabajo”.

Los que no quieren cambiar

Por si no quedaban claras las intenciones de su 'homenaje', Puigdemont, tras recordar su breve periplo como entrenador de la selección catalana de fútbol, “un gesto” que a su juicio “acabó de demostrar su compromiso con el país que lo acogió”, se metió de lleno en política y el proceso independentista al decir que “el ejemplo de Cruyff sirve para dejar en evidencia a los que no quieren que nada cambie, los que dicen que no hay nada que hacer, aquellos que todavía hacen suyo el lema 'ir tirando'”. Por si hay dudas, de nuevo insiste en que el legado futbolístico del genial ex futbolista y entrenador “vale para todos los aspectos de la vida”.

A pesar de las alusiones, Johan Cruyff nunca se mojó en el aspecto político de la identidad catalana, o mejor dicho sí, pero a su manera. Por ejemplo, en una entrevista que le hizo Risto Mejide y ante la pregunta de si era catalán, él respondió: “Yo soy de juntar gente”.

Por suerte -o por desgracia, según a quien se le pregunte- el 'Flaco' pasará a la historia por lo que fue, es decir, uno de los más grandes futbolistas; por lo que dejó, un legado como entrenador que quedará para siempre; y por sus frases, entre las que tendría una para Carles Puigdemont.