Hace algún tiempo en Facebook, contesté esto a un amigo:

“Nunca en el PSOE ha existido un pensamiento único o dogmático. Se debate en él continuamente y libremente. Las más de las veces haciendo bastante ruido. En el alma de la organización, siempre han existido unas pulsiones libertarias muy fuertes. Quizá por eso me siento tan a gusto en él. Jamás me afiliaría a un partido, donde todos tuvieran que pensar exactamente lo mismo, obedecer de continuo la opinión del "jefe". Y en ello andamos”. Sigo pensando lo mismo.

Pero una cosa es esto, y otra muy distinta, me parece, que aquellos que detentan en estos momentos, cargos orgánicos o institucionales, anden por ahí parloteando, intentando introducir palos en las ruedas de la bicicleta de Pedro Sánchez. Vale que Nicolasín Redondo, Leguina, el bruto de Corcuera y tantos otros, vayan largando estupideces. Se les pasó el arroz y no lo pueden soportar. Pero los señores y señora presidentes de comunidades, deberían saber controlar sus desmedidos egos, por lealtad al partido e, incluso, por un inteligente control de sus ambiciones cara al futuro. Andan todos los días opinando y oponiéndose a la dirección del partido, en la prensa, en la tele y en todos los medios digitales. Y luego, cuando algún militante de base les contestamos públicamente, se echan a llorar y se hacen los mártires. No se han enterado que desde las primarias del pasado 13 de Junio del 2014, y especialmente por las continuas visitas de Pedro a las agrupaciones de toda España, y por la constatación de su liderazgo, el poder real y definitivo ha pasado a manos de los militantes. En el fondo siempre fue así, la razón última era la de los militantes en los congresos de diferente nivel. Pero no se veía con tanta claridad, al tener que pasar por muchos filtros, frecuentemente en manos de los aparatos.

No sé si al final Pedro será investido Presidente del Gobierno. Pero de momento ya ha conseguido, que la llave de la investidura, la decisión sobre el futuro Gobierno, esté en manos del PSOE. Si sé, como todos los “militantes”, puede que algún afiliado no, que la palabra decisiva, entre Congreso y Congreso, la tiene el Comité Federal, y me parece que es bueno que así sea. La democracia asamblearia continua, la dejamos para otros ¿Así que, a quien le están recordando a diario esta obviedad, algunos líderes?

La política va de poder. Ya lo sé. Y ya lo he repetido muchas veces. Pero poder para hacer algo. Ya sabemos para que lo quiere Pedro Sánchez, al menos de entrada: para echar al PP del Gobierno ¿Para que lo quieren los barones? ¿Sólo para desembarazarse del actual Secretario General? Y luego ¿para que más? ¿Para permitir que siga gobernando el PP, por activa llegando a un pacto con él, o por pasiva absteniéndose en la votación de investidura? Que lo digan ya claramente, o se callen.

En algunas sedes territoriales del partido parece constatarse ya, que empieza a ser factible que Pedro tenga bastantes opciones de conseguir la investidura, ahora o a medio plazo. A Sánchez se le agranda potencialmente el sumatorio, en tanto que el de Mariano Rajoy no se mueve en demasía. Esta situación, sin embargo ¡no produce alborozo, sino preocupación, entre algunos líderes! ¿Por qué no se atreven a explicar públicamente, el motivo profundo de esa contradicción? El partido ha cambiado mucho, mientras ellos actúan pensando en el partido de antes, con su estructura jerarquizada y netamente dividida, echándola de menos, reclamándola una y otra vez de forma inútil, casi lírica y, en el fondo, sentimental o interesada.

Ocurra lo que ocurra, esta legislatura, o la siguiente, será complicada, dura, repleta de acuerdos y pactos, casi ley a ley. Pero esto es lo que deseaban los votantes, los ciudadanos, una situación a la danesa sin daneses ¿o no? Pues a lo hecho, pecho. Los contrarios a pactar con Podemos y/o con nacionalistas, aluden constantemente, a la “inestabilidad” que un Gobierno de esa índole traería consigo, en una coyuntura muy difícil. Pero eso los líderes regionales ya lo están sufriendo en sus carnes, pues gobiernan con Podemos y algunos nacionalistas, sufriendo cierta inestabilidad. Y todavía no sé de alguno, que haya dimitido por culpa de la misma, a consecuencia de esa necesidad de estar a diario acordando las medidas a tomar. Coherencia por favor. A Podemos ya lo hemos descubierto hace mucho. Es una especie de artefacto poco sólido, orgánica e ideológicamente, y será aun más inestable, según se vayan agravando sus contradicciones internas. Pero ha tenido mucho voto de ciudadanos auténticamente de izquierdas. Y en cuanto a los nacionalistas ¿hay algún otro medio de detener su deriva, que no implique la fuerza bruta, o recurrir una y otra vez al Constitucional, que no sea la tender puentes y acordar con ellos una solución sensata, en pro de la unidad de España en su diversidad?

Hay que ser muy burros para pensar que todo esto lo desconoce Pedro. Si no lo sabía antes, a estas horas ya conoce perfectamente, las dificultades internas y externas a las que se va a tener que enfrentar. Pero a diferencia de los aparateros regionales, el sigue adelante sin titubear. Y estas son las condiciones que adornan a los auténtico líderes: ambición, fe en si mismo, decisión, visión de futuro, conocimiento de la realidad en la que uno se mueve (de sus “circunstancias” en leguaje orteguiano) y una gran valentía para arriesgarlo todo, en la persecución de lo que le parece factible y mejor, para el sector más necesitado de los ciudadanos.

¿No queríamos Política en mayúsculas? Pues ya está aquí.