La emigración española vuelve a sufrir, por séptima vez consecutiva y de manera más virulenta que nunca, las consecuencias del sistema de voto rogado impuesto por la Ley orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) aprobada a finales de 2010.

Hasta ahora, según relata la Marea Granate, colectivo que agrupa a muchos de los españoles que residen fuera de España, las personas que no estaban registradas en el Censo de Extranjeros Residentes Ausentes (CERA) dentro de los plazos que marca la ley, es decir, cincuenta días antes de la convocatoria de elecciones, tenían la opción de inscribirse presencialmente en el registro de Extranjeros Residentes Temporales Ausentes (ERTA) y rogar el voto ese mismo día.

Muchas personas migrantes se inscribieron en ese registro temporal para poder votar en las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2015; sin embargo, según la normativa española, ese registro temporal sólo tiene validez de un año, justo después se da una baja automática y se redirige al emigrante al CERA, que desde marzo está cerrado para el 26J. Además, a día de hoy ningún residente permanente inscrito ha recibido su clave de acceso telemática para el ruego por internet, lo que está dificultando enormemente los trámites.

Sanidad o voto

La única posibilidad de rogar el voto que tienen las personas que han estado inscritas un año como residentes temporales es acudir de manera presencial al consulado durante el periodo de reclamaciones del censo, que comenzó el pasado lunes día 9 y acaba el próximo lunes 16 de mayo.

Sólo durante esta semana, que está a punto de finalizar, se puede pedir la inclusión en el censo permanente de manera presencial y rogar el voto hasta el día 28; no obstante, la inscripción en el censo permanente obstaculiza a las personas emigrantes su acceso a los derechos de sanidad en el estado español. Estas personas deben entonces decidir si priorizan su derecho al voto sobre su derecho a la sanidad, algo que no se pueden permitir muchas personas.


El caso de Copenhague

Desde la Marea Granate también se denuncia que, de las muchas consultas que están recibiendo, son muy numerosas las quejas que llegan hasta el buzón del colectivo sobre la Embajada en la capital danesa porque se está denegando el acceso al registro ERTA de forma ilegal y, por tanto, impidiendo la única opción de voto a muchas personas.

Por este y otros casos irregulares que han conocido, desde la Marea Granate vuelven a pedir que se elimine el voto rogado, pero también garantizar el sistema que es una auténtica carrera de obstáculos, y aún más en esta ocasión, con los plazos tan ajustados.

El 20-D

En las pasadas elecciones, el 37% de los emigrantes no pudieron votar porque les llegaron tarde las papeletas, además casi otro 30% no pudo hacerlo por la inaccesibilidad de los consulados, debido a factores como la distancia y horarios, mientras que 15 de cada cien no votó por desconocer el procedimiento, debido a una información oficial a todas luces insuficiente.