Que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, es un lenguaraz lo acreditan las hemerotecas. Que en su afán de atacar a Podemos se le ha ido la mano y ha incumplido los códigos éticos que todos los ministros de Hacienda de la Democracia habían respetado hasta le fecha, también es evidente. Tan evidente como que Juan Carlos Monedero, número 3 de Podemos, constituyó una empresa instrumental exclusivamente para pagar menos impuestos a Hacienda, algo que no es legal aunque se presente un declaración de la renta complementaria. Lo que ocurre es que la 'incontinencia verbal' de Montoro ha acabado por hacerle un favor a Monedero y hasta en la mismísima Moncloa, sede de la Presidencia del Gobierno, le han dado un toque al ministro para que sea más "prudente".

Por Ley un ministro no puede utilizar a la Agencia Tributaria políticamente
Un ministro de Hacienda no puede utilizar a la Agencia Tributaria en beneficio propio o político. Es ilegal. Un ministro de Hacienda no puede desvelar datos de contribuyentes concretos. La irresponsabilidad de Montoro ha provocado que se deje de hablar de las irregularidades fiscales de Monedero a que el tema sea el comportamiento nada ético del ministro, un error político de primera magnitud en plena pre campaña electoral. Por eso desde Moncloa le han dado un toque al ministro.

Hay que recordar que el artículo 95 de la Ley Tributaria decreta el "carácter reservado" de los datos fiscales de los ciudadanos. Y no parece muy claro que Montoro lo tenga presente.

Inspectores y Técnicos cabreados
No es la primera vez que Montoro amenaza, amenazó en sede parlamentaria a los actores, cantantes, futbolistas, medios de comunicación y a un partido como Izquierda Unida. Hace 15 días este medio de comunicación, y no el diario El País como pretende apuntarse ese periódico, desveló que Juan Carlos Monedero había ingresado en una empresa de la que es único titular 425.000 euros en dos meses. Esos trabajos los tenía que haber tributado como persona física y no como empresa y tal es así que Monedero se apresuró a realizar una declaración de la renta complementaria antes de que la Agencia Tributaria le enviara notificación alguna. Monedero pagó 200.000 euros en concepto de IRPF a posteriori. Pero el ministro de Hacienda se dedicó a hacer declaraciones a diestro y siniestro dando por hecho que Monedero era un defraudador, cuando se tenía que haber limitado a decir que ese tema compete a la Agencia tributaria y punto.

El malestar entre los inspectores y los técnicos de Hacienda es evidente, porque la actitud de Montoro pone en duda su trabajo y lo 'politiza', algo que merma el prestigio de la Agencia.