"Es como comparar un burro con una manzana", ha afirmado el magistrado para rechazar similitudes entre el caso de Conde y el de Troitiño.

El seguimiento a Conde
El diario El Mundo publica en su portada que el Supremo avaló los seguimientos que hace dieciséis años ordenó el Gobierno para conocer las actividades del entonces presidente de Banesto y que fueron la base del denominado “informe Crillon", y contrasta esa actitud con el hecho de que ahora no se vigilase a Troitiño.

"Habría sido ilegal seguir a Troitiño"
El magistrado emérito del Supremo ha considerado que habría sido ilegal ordenar el seguimiento de Troitiño una vez fuera de prisión y ha señalado que haberlo hecho habría supuesto saber de antemano que la Audiencia Nacional iba a revocar su decisión de que saliera a la calle y no había certeza alguna sobre ello. El miércoles pasado, en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, el vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba explicó que perseguir al etarra hubiera sido “ilegal”.

Contenido económico
Martín Pallín, que fue el magistrado ponente de la decisión del Tribunal Supremo que amparó la investigación sobre Conde, ha subrayado, en declaraciones a Efe, que se trata de dos casos totalmente distintos y que el 99 por ciento del informe sobre Conde era de contenido económico y se derivaba de informaciones del Banco de España sobre posibles operaciones en paraísos fiscales.

"Dadas las noticias alarmantes sobre la situación financiera de Banesto, cualquier Gobierno en las mismas circunstancias habría querido tener información", ha señalado Martín Pallín, quien ha subrayado que las actuaciones avaladas no afectaban a la intimidad de Mario Conde.

Detectives en Estados Unidos
Martín Pallín ha subrayado que el informe, en el que se recogían investigaciones realizadas fuera de España, no fue llevado a cabo por funcionarios españoles, sino que corrió a cargo de una agencia de detectives de Estados Unidos.