El contador para las elecciones generales del 23 de julio sigue corriendo, y el escenario electoral se va mostrando cada vez más definido. La más reciente actualidad política y social está tejiendo un panorama tenso e impredecible. Los pactos del Partido Popular con Vox en diferentes comunidades autónomas españolas (siendo el más reciente el de Extremadura, tras el histórico giro de guión de María Guardiola), las incógnitas sobre los debates televisivos y las polémicas decisiones en torno a la bandera LGTBI en plena semana del Orgullo están protagonizando la agenda española durante estos días. 

El PP gobernará en tierras extremeñas de la mano de la extrema derecha, a pesar de que su presidenta, María Guardiola, se negara categóricamente a pactar con Vox hace tan solo una semana. La lideresa de los 'populares' extremeños defendió sus valores a ultranza y aseguró que "no podía dejar entrar en el Gobierno a aquellos que niegan la violencia machista, a quienes usan el trazo gordo, a quienes están deshumanizando a los inmigrantes, y a quienes despliegan una lona tirando a la papelera la bandera LGTBI". Palabras que no valieron de mucho después de que la dirección nacional del partido presionara a la dirigente autonómica para que suscribiera el pacto con la ultraderecha y evitar así un Ejecutivo socialista en manos de Guillermo Fernández Vara, quien resultó el candidato más votado.

En la misma línea, los pactos entre el PP y Vox están trayendo nuevamente a la mesa debates más que superados por la sociedad española, como la importancia de la violencia machista o de la defensa de los derechos del colectivo LGTBIQ+. Se ha visto a políticos de la extrema derecha retirar banderas arcoíris de Ayuntamientos, prohibir que las manifestaciones contra la violencia machista tengan este 'apellido' y se reduzcan únicamente a manifestaciones contra la violencia (invisibilizando así el componente clave), o incluso, al máximo mandatario de Vox, Santiago Abascal, que "no apoya el Orgullo porque es heterosexual", como si fuera obligatorio pertenecer al colectivo para defender y apoyar sus derechos.

Este es el clima que presenta la política española a tres semanas de las elecciones. Tras el análisis de los estudios emitidos durante la última semana por diferentes encuestadores como Electomanía, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) y ElPlural.com, entre otros, y elaborar un promedio de todos sus datos, llega una nueva edición de la Madre de todas las encuestas.

Los estudios demoscópicos de ElPlural.com revelan unos hipotéticos resultados en los que, aunque el PP sería el partido más votado, necesitaría de Vox para alcanzar la mayoría absoluta. El PSOE se mantendría estable como segunda fuerza, en una tendencia en crecimiento con respecto a las últimas semanas. El tercer puesto será clave en la conformación de los pactos electorales, y será disputado entre Sumar y la formación de extrema derecha en una apretada batalla en la que, actualmente, solo les separa por un punto porcentual. 

El PP ganaría las elecciones con un 33,3% de los electores a su favor, seguido del 26,1% que cosecharía el PSOE, con un resultado casi idéntico al de la anterior Madre de todas las encuestas. Vox mantendría el tercer puesto con un 14,1%, y Sumar cerraría el 'top' 4 con un 13,2%. El resto de formaciones parlamentarias (partidos independentistas y regionalistas) cerrarían el círculo porcentual con un 13,3%

Con estos porcentajes, la entrada de Vox al Ejecutivo nacional sería casi inevitable, dado que serían sus votos los que podrían hacer presidente a Núñez Feijóo. Así, la mayoría absoluta está, en estos momentos, condicionada por la extrema derecha

Debates cara a cara y derechos LGTBI

Por otro lado, otro de los puntos candentes de la campaña está siendo la celebración de debates electorales. Mientras que Pedro Sánchez ha dado su sí rotundo a las propuestas de debate de los cuatro grandes grupos audiovisuales (RTVE, Atresmedia, PRISA y Mediaset), el Partido Popular ha dado su negativa a que Feijóo participe en un 'cara a cara' con el presidente del Gobierno en RTVE, por cuestionar la "neutralidad" de la cadena pública. Sin embargo, sí que aceptó el debate del mismo formato en Atresmedia, al tiempo que se negó a participar en el debate a cuatro con el PSOE, Sumar y Vox por considerarlo "incompleto", pero sí ha aceptado dialogar en un debate a siete que incluya a los partidos independentistas. Una aritmética un tanto confusa que desde el PP justifican con que "para atender a un debate entre los candidatos con posibilidades de presidir el Gobierno ya está el de Atresmedia", y que "el debate con cuatro candidatos es incompleto al no contar con los otros tres restantes". 

Por otro lado, la semana del Orgullo LGTBIQ+ ha puesto sobre la mesa la importancia de la defensa de los derechos de este colectivo, a vistas de los retrocesos sociales que se pretenden impulsar desde los Ayuntamientos y cortes regidas por la derecha y extrema derecha. Consecuencias que pueden suponer un incremento de la movilización del electorado progresista, que podría ser visible en próximos sondeos y en las propias elecciones.