¿Quién manda en España? ¿Por qué mandan los que ocupan puestos de poder en los ministerios, secretarías de Estado, direcciones generales? ¿Qué redes de intereses les unen entre sí?. Estas son algunas de las preguntas a las que Andrés Villena da respuesta en Las redes de poder en España (editorial Roca), libro en el que, por primera vez, se ponen al desnudo estas redes y se cuenta, con ejemplos concretos, las relaciones que unen a las élites que nos gobiernan.

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¿Quién financia a Ciudadanos?

"En todo este periodo crítico, no fueron pocos los que alertaron de la financiación venezolana e iraní, que los acusadores intuían fundada en la abundancia petrolífera, destinada a la formación dirigida por Iglesias, Íñigo Errejón e Irene Montero, entre otros. Poco se ha dicho, en cambio, de cómo Ciudadanos pagó sus campañas electorales, su exposición mediática y la promoción de líderes nacionales, regionales y locales en tan poco tiempo.

Ciutadans de Catalunya había sido fundado en el año 2005, impulsado por un grupo de intelectuales mayoritariamente de centro izquierda como contrapunto al emergente poder soberanista en la Generalitat presidida por Pasqual Maragall. Después de numerosas luchas internas y cuestionables procesos de selección, la formación presidida por Albert Rivera obtenía tres escaños en las elecciones autonómicas de noviembre de 2006. El apoyo incondicional de determinados medios generalistas hacía pensar que en este intento renovador de la política regional catalana se jugaba algo más.

Sin embargo, una vez cumplida la misión, Ciudadanos afrontó a partir de 2007 una travesía por el desierto: en las elecciones municipales de aquel año, consiguió poco más que una decena de concejales, todos fuera de las cuatro grandes capitales. La capacidad de adaptación de la formación de Rivera, manifiesta en el discurso mantenido por sus dirigentes durante estos últimos años, batiría todos sus récords en 2009. Ese año, Ciutadans concurrió a las elecciones al Parlamento Europeo coaligada en el seno de Libertas, un consorcio euroescéptico patrocinado por el multimillonario inglés Declan Ganley, opuesto al aborto y al matrimonio homosexual, en el que participaban partidos de ultraderecha polacos y franceses, entre otros.

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La delegación española llevó a Miguel Durán, exdirectivo de la ONCE y de Telecinco —apodado Al Cupone en los años noventa—, como número uno; el dos fue José Manuel Villegas, significado representante parlamentario y dirigente del partido en la actualidad; la lista se completaba con miembros de asociaciones en defensa de la familia tradicional, así como del denominado Partido Socialdemócrata, formado por partidarios del exdiputado tránsfuga Eduardo Tamayo, artífice de la presidencia de Esperanza Aguirre en la comunidad madrileña.

Según diversas fuentes, la financiación de la aventura de Libertas en España podría haber ascendido hasta los tres millones de euros, pero no más de 22.000 españoles apoyaron esta iniciativa, pese a la generosidad de sus anuncios en prensa y a la dedicación prestada por el comprometido Grupo Intereconomía, en continuos enfrentamientos con el ejecutivo de Rajoy y bajo una creciente presión financiera.

Es relevante añadir, además, que el presidente de dicho grupo mediático, el catalán Julio Ariza, se ha mostrado favorable a la formación ultraderechista Vox, cuyo primer candidato al Parlamento Europeo fue, en 2015, su amigo Alejo Vidal-Quadras.

Pese a este deambular previo a la crisis política española, la llegada de Albert Rivera a la carrera por la presidencia de 2015 parecía providencial. Sus apoyos empresariales no quedan todavía claros. Algunos dirigentes bancarios, como Josep Oliu (Banco Sabadell), habían expresado la necesidad de impulsar «una especie de Podemos de derechas;15 asimismo, el número uno de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, se encontró más que satisfecho con la llegada al gobierno de una formación liberal conservadora con una visión más cualificada sobre la transición energética que la de los ministros técnicos de Mariano Rajoy. A falta de datos contrastados, las especulaciones periodísticas los han situado como uno de los grandes apoyos del Ibex-35; este último hecho, escasamente documentado, puede constatarse en base a la teoría de las élites: el mejor cambio es el que renueva a las personas en el mando pero mantiene intactas las estructuras de poder económico y facilita e incluso mejora los sistemas de intercambio entre los diferentes líderes y sectores".