La tasa de desempleo que sufren las mujeres en el medio rural es del 42,8% y su presencia en cargos de responsabilidad es escasa, según la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur), que participa este 8 de marzo en la huelga que se celebra en todo el país.

Fademur convocó a todas sus integrantes a realizar paros de dos horas en sus jornadas para "visibilizar las brechas y discriminaciones que, por razón de sexo, aún existen en los pueblos".

La organización de mujeres progresistas del medio rural ha explicado, en un comunicado, las razones por las secunda la movilización: “problemas particulares, cercanos a los que sufren las mujeres en el medio urbano, pero no exactamente iguales”.

Las oportunidades laborales para las mujeres del medio rural son más que escasas y la tasa de desempleo que sufren es “del 42,8%, una cifra que es más de siete puntos superior a la tasa media nacional, e incluso casi cuatro puntos más que la tasa media de desempleo de las mujeres de toda España”.

En cuanto a los cargos de responsabilidad, la presencia de las mujeres es escasa. En los consejos rectores de las cooperativas agropecuarias, por ejemplo, solo el 3,5% de sus integrantes son mujeres, mientras que en su base social las mujeres representan el 25%, denuncia Fademur.

“La invisibilidad del trabajo de las mujeres en explotaciones agropecuarias es reconocidamente abrumadora. Por ello, en 2011 se publicó la Ley de Titularidad Compartida que, debido a la apatía con la que se ha tratado desde los Gobiernos, sigue sin ser una realidad más allá del papel. Así lo demuestra que, siete años después, todavía existen dos Comunidades Autónomas (Andalucía y Madrid) sin un registro para las explotaciones en este régimen y que en el resto de Comunidades, las trabas o la inacción impuesta desde las Administraciones estén impidiendo que las mujeres agricultoras y ganaderas ejerzan sus derechos”, denuncia la federación. 

Las mujeres del campo sufren como el resto la brecha salarial respecto a los hombres. Ellas se sienten “habitantes de segunda categoría” y subrayan que esto “lastra la promoción social y económica de la mitad de la población”.

Las mujeres que deciden trabajar por su cuenta, dadas las pocas posibilidades de empleo, se encuentran con escases de herramientas tecnológicas. Según el último Informe sobre Banda Ancha de la Secretaría de Estado para la Sociedad de la Información y la Agenda Digital, el 60% de los municipios rurales están en zona de sombra: no tienen conexión por banda ancha, o es francamente defectuosa, cuando no muy cara.

Las mujeres rurales vivimos en primera persona la carga y la falta de reconocimiento del trabajo doméstico no remunerado, que junto con la “ayuda” y el “cuidado” se consideran responsabilidades nuestras. Queremos que la conciliación y, sobre todo, la corresponsabilidad, lleguen al medio rural; porque como siempre denunciamos, tenemos dificultades para acceder al empleo remunerado, pero el trabajo, nos sobra.

Las trabajadoras rurales sufren también el recorte de servicios básicos, como guarderías, residencias de ancianos, centros médicos o transportes, que les obliga a pedir permisos y excedencias para cuidar a sus familiares.

Otro problema que soportan las trabajadoras del campo es “la violencia de género, el control físico y mental por parte de los hombres, que supone la limitación no solo de su seguridad, sino también de su libertad”, denuncia Fademur, que reprocha al Gobierno su “desidia” ante el  Pacto de Estado para combatir esta lacra.