Urdangarin dejó el Instituto Nóos y su entramado empresarial en junio de 2006 en apariencia, porque en paralelo a la actuación de la Zarzuela inauguró junto a su socio Diego Torres la Fundación Areté, desmontada por indicación de la Casa Real, y después la Fundación Deporte, Cultura e Integración, una entidad también sin ánimo de lucro, destinada a niños con discapacidad y enfermos de cáncer que también usó, presuntamente, para desviar dinero público y donaciones privadas a sus empresas.

El enviado del Rey
La Zarzuela envió a Barcelona, a la Fundación Areté que presidía el duque, al asesor personal del Rey, el abogado José Manuel Romero, conde de Fontao, que le sustituyó en el cargo, y que disolvió la entidad al cabo de unos mese. El enviado de la Casa Real explica que esa operación se realiza así porque “es lo oportuno” y “especialmente” por indicación de Alberto Aza, entonces secretario general de la Zarzuela., según desvela El País.

El duque siguió con sus negocios, presuntamente irregulares
En 2007, el duque de Palma mantenía su entramado empresarial y  estuvo durante tres años más beneficiándose de los negocios de las mencionadas entidades con organismos públicos y grandes empresas privadas.

El PSOE levantó la liebre
Como ya ha contado ELPLURAL.COM, la actuación de la Casa Real se inició después de que el PSOE de Baleares formulara preguntas en el Parlamento regional sobre el coste de los congresos de deportes y turismo que Urdangarin y su socio realizaron en esa comunidad por 2,3 millones entre 2005 y 2006, por encargo del Gobierno balear de Jaume Matas (PP). Durante tres años organizaron el mismo evento, los Summit de Valencia, por más de tres millones, en la Comunidad Valenciana, tras un acuerdo con Francisco Camps.