Antes de su esperada declaración en el macojuicio por la primera época de la Gürtel, Luis Bárcenas se había encargado de rebajar las expectativas con unas declaraciones exculpatorias hacia el PP. Se anunciaba asimismo ‘guerra’ con Francisco Correa, quien había admitido en la Sala mordidas a cambio de adjudicaciones que entregaba al extesorero del PP. A pesar de la estrategia de ‘tirar de la manta’ con la que ha amagado el extesorero en múltiples ocasiones –y que en el caso de Cospedal sirvió para la causa de Sacyr y la campaña electoral de Castilla-La Mancha- parecía que Luis sería finalmente “fuerte” como le reclamó en sus mensajes Mariano Rajoy.

Niegas las mordidas ironizando con el palco del Bernabéu
A las preguntas de la Fiscalía, Bárcenas ha desmentido a Correa sobre el pago de comisiones y ha insistido en que los pagos de empresas al PP eran “por echar una mano” y sin “carácter finalista”, es decir, que no eran a cambio de adjudicaciones. Apenas ha esbozado que el destino de ese dinero en el PP pudo ser para los problemas “de seguridad” del partido en el País Vasco. Bárcenas se ha mostrado desdeñoso al referirse a Correa y su mano para actuar de enlace entre empresas y el PP. Ha ironizado así con que empresarios como “Florentino Pérez o Villar Mir” tenían acceso directo a altos cargos del Gobierno o del PP "en palcos como el del Bernabéu" por lo que difícilmente harían gestiones para adjudicaciones a través "del hombre de los viajes" del partido, es decir, con Correa, que empezó su andadura de negocios con los populares suministrándoles servicios a través de su empresa Pasadena Viajes. Pero uno de los empresarios encausados, el constructor García Pozuelo, ha admitido que pagó a cambio de contratos de Administraciones del PP a través de la trama de Correa. 

El controvertido punto de las presuntas mordidas lo tenía fácil de dirimir el extesorero porque en su día desaparecieron misteriosamente sus agendas y el PP destruyó sus discos duros. Por si fuera poco las grabaciones de seguridad de Génova 13 que podían contener imágenes comprometedoras de empresarios también habían sido eliminadas. Sin cabos probatorios que unieran las donaciones con contratos concretos se convertía en la palabra de Correa contra la de Bárcenas, y eso es lo que ha hecho este lunes el extesorero, que ha dicho al tribunal que su antiguo proveedor no tenía pruebas de esas afirmaciones (Villar Mir fue uno de los empresarios que declaró en la causa separada de los 'papeles de Bárcenas' o lo que es lo mismo el dinero negro de Génova 13). Ha habido más roces con Correa como cuando ha sentenciado el exsenador que “le flaquea la memoria prodigiosa” al cabecilla de la Gürtel porque él no recuerda que le propusiera participar en negocios inmobiliarios conjuntos.  

El control de la “extracontabilidad”: Bárcenas vigilaba a Lapuerta y viceversa

El problema para Génova 13 es que Bárcenas, que afronta una petición de 42 años de prisión por delitos de cohecho, fraude fiscal, blanqueo de capitales, falsedad documental, apropiación indebida y tentativa de estafa procesal, dejó rastros como su contabilidad en B para el partido, que las pruebas periciales le atribuyeron sin lugar a dudas. De hecho ha admitido que reconocía su letra en ellos. El extesorero no ha querido hablar de caja B del PP y se ha referido a ella como “contabilidad extraoficial” y “extracontabilidad”. La acusación mantiene que el extesorero se apropió de hasta 300.000 euros de dinero negro del PP con el "consentimiento" de su predecesor en el cargo, Álvaro Lapuerta –que también fue imputado pero ha sido eximido del juicio por “demencia sobrevenida” – en una cuenta en el Dresdner Bank suizo. Bárcenas se ha negado a contestar a las preguntas relacionadas con las entregas del dinero negro del PP aunque ha asegurado que no se quedó con nada y que no podía haberlo hecho porque Lapuerta era el que controlaba esa partida. Ha insistido en que Lapuerta era “honrado” y tampoco se quedó con nada y que ninguno de los dos cometió delito de apropiación indebida comprando acciones de Libertad Digital con la caja B de Génova 13, otra de las acusaciones que pesa sobre él. "Nos controlábamos mutuamente", ha asegurado sobre la vigilancia que hacían tanto Lapuerta como él en esa "extracontabilidad".

La ruptura parcial del PP con Correa

Bárcenas ha dejado mal parado a Mariano Rajoy en otro punto en principio exculpatorio cuando ha señalado que fue el presidente actual del PP el que ordenó dejar de contar con Correa después de que un empresario le avisara de que le había pagado por contratos. Se dio orden así de dejar de contratar con sus empresas aunque Francisco Camps siguió haciéndolo en la Comunidad Valenciana alegando, según Bárcenas, que contrataba con Álvaro Pérez (Orange Market) y no con Special Eventes (Correa). Pero esta versión deja a Rajoy en un punto delicado: ¿supo de irregularidades y no denunció nada? ¿Y no supo que no se cumplieron sus órdenes? El extesorero ha señalado que a Correa “se le subió a la cabeza” el nivel de contactos que había conseguido y que en la época del distanciamiento en 2003 le colgó el teléfono en un par de ocasiones.

La “deferencia” al partido con viajes

"El señor Correa tenía la deferencia con gente del partido de obsequiar con viajes", ha explicado también Bárcenas, limitando esas dádivas a viajes "perdidos", es decir, de clientes que renunciaban a paquetes contratados. "Algún detalle de ese tipo los he tenido, un par, lo mismo que lo he tenido de Iberia que a veces me permitían viajar en bussines", afirmó el extesorero del PP sobre el beneficio particular en ese sentido. Sin embargo ha insistido en que pagaba sus viajes gestionados a Pasadena y están los documentos para demostrarlo. De hecho ha ironizado con que él aportaba a la caja B de Correa porque pagaba en contra de lo que aparece en la causa respecto a otros cargos del PP, que pagaban a Pasadena con la contabilidad "extraoficial" del partido. La insistencia de la Fiscalía respecto a si no pagaba sus viajes a la agencia de Correa ha llevado a Bárcenas a perder los nervios. Ha sido después de que le preguntaran si había pagado un viaje a un Parador nacional en agosto de 2000 ya que no existía justificación de ello, a lo que el extesorero del PP repuso: “No me acuerdo de donde estuve en agosto de 2000, igual que usted tampoco se acuerda”. “No tienen sentido sus preguntas”, ha llegado a apuntar. El juez le ha recordado que la Fiscalía puede hacer las preguntas que considere oportunas y en ese momento ha mandado un receso.

Libertad Digital, Naseiro, la firma de su mujer y los fajos de billetes

Dos de las acusaciones más graves que pesan sobre Bárcenas son las de blanqueo y las de apropiación indebida. El segundo delito está relacionado con la compra de acciones de Libertad Digital con dinero de la caja B del PP y ha insistido en que fue Lapuerta quien le pidió que suscribiese la ampliación de capital del grupo de comunicación capitaneado por Federico Jiménez Losantos. Habló de dos operaciones, una de 149.000 euros a nombre de Francisco Yáñez (su presunto testaferro) que "por hacerle un favor al partido" compró y que acabó recuperando el dinero al aparecer otros accionistas, por lo que se habría reintegrado el dinero a la cuenta "extraoficial" del partido, aunque admite que solo hay acreditados la devolución de 80.000. La segunda estaba prevista que la asumiera Rosalía Iglesias también con dinero del PP y Bárcenas asegura que hay documentos de ello pero que los tenía Lapuerta.

Respecto al blanqueo la Fiscalía sospecha que la compra-venta de cuadros sirvió para tal fin para justificar la petición de un crédito de 330.000 euros que fue cancelado rápidamente. El extesorero reconoce que hizo numerosas operaciones de compra-venta de cuadros con Rosendo Naseiro -el controvertido extesorero del PP que se salvó de ser juzgado por cuestiones formales- pero defiende el criterio de su excompañero de filas: "Naseiro es un experto en bodegones del Siglo de Oro". Explicó que algunos de los cuadros de la colección de Naseiro están ahora en el Museo del Prado.  Aseguró que Naseiro le ofreció un buen negocio a través de un cuadro porque no tenía dinero suficiente y que pidió un crédito de 3300.000 euros para ello. Dejó el dinero "en un paquetito" o en un “sobre grande” porque los vendedores del cuadro querían dinero en efectivo. Sin embargo, Naseiro le comunicó luego que no se había hecho la operación y le devolvió el dinero. “Dejé un paquete allí, un sobre grande (…) los señores debieron pensar que era el escolta [de Naseiro], no intervine en nada”, ha explicado Bárcenas sobre aquella oscura y surrealista operación con la que justifica su crédito, aunque dijo no recordar detalles ni nombres de los protagonistas. En lo relativo a los cuadros ha defendido a su mujer asegurando que llegó a firmar por ella haciendo "un garabato".

El lapsus del día de la larga declaración se produjo en ese punto cuando el extesorero habló de fajos de billetes con un cintillo del “Partido Popular” cuando quería decir Banco Popular, lo que desató las risas de los periodistas y de otros de los presentes en la Sala.