El líder del PP en el Parlamento Europeo, Esteban González Pons, advirtió hoy por carta al resto de la Eurocámara sobre la elección como nuevo presidente de la Generalitat de Cataluña de Quim Torra, al que calificó de "ultranacionalista, xenófobo, racista y fundamentalista".

"Los españoles en Cataluña son como la energía: no desaparecen, se transforman", "El fascismo de los españoles que viven en Cataluña es infinitamente patético, repulsivo" u otros mensajes en los que los españoles son tachados de "hienas" y "bestias" son algunos de los mensajes publicados por Torra de los que se hace eco González Pons en la carta para justificar sus adjetivos hacia el nuevo presidente de la Generalitat.

"Déjenme ser claro con esto. El nacionalismo está intentando romper Europa otra vez. Hoy es España, pero mañana será Italia, Irlanda, Reino Unido, Eslovenia, Alemania o Francia", alerta el vicepresidente del grupo popular europeo a sus colegas.

Según Pons, un nuevo intento separatista catalán "pondrá en riesgo el destino de la Unión porque los enemigos de Europa, dentro y fuera de sus fronteras, están esperando a que perdamos".

"Lo que nos jugamos es la estabilidad política, económica y territorial de todo el continente", aseveró González Pons, quien explicó al resto de eurodiputados que la elección de Torra se dio con el beneplácito de "separatistas y antisistema" y porque el elegido "ha aceptado ser un interino" del expresidente Carles Puigdemont.

En ese sentido, explica que en la primera declaración de Torra ya dejó claro que su mandato pasa por iniciar nuevamente la vía unilateral para la independencia de Cataluña "sin importar si se violan los tratados europeos, la Constitución o el Estatuto de Cataluña".

En similares términos se pronunció también por carta a sus colegas de la Eurocámara el eurodiputado de Ciudadanos Javier Nart, quien también tachó de "ultranacionalista supremacista" a Torra.

Nart pretendía así contrarrestar también una misiva dirigida en primer lugar por los eurodiputados de ERC y PDeCAT en la que apostaban porque la elección de Torra facilitase la apertura del diálogo entre el Gobierno español y la Generalitat de Cataluña.