Ya hay fecha para la Sesión de Investidura de Isabel Díaz Ayuso. Después de un primer intento sin candidato, ya que Juan Trinidad no apreció ninguna mayoría factible tras la primera ronda de contactos, la candidata popular ha conseguido convencer a sus homólogos de Ciudadanos y Vox y su candidatura será debatida y sometida al plebiscito de la Asamblea de Madrid los días 13 y 14 de agosto.

Las negociaciones no han sido sencillas. El continuo tira y afloja entre la extrema derecha y los liderados por Albert Rivera ha provocado que el calendario fuese avanzando sin entendimiento entre las partes. Después de que Fernando López Miras consiguiera que sus socios abandonaran el desdén mutuo y se comprometiesen a aceptar los requisitos de todas las partes, Madrid empezó a acercarse al acuerdo programático. Sin embargo, el propio Ignacio Aguado, líder de Ciudadanos en la Comunidad de Madrid y futuro vicepresidente de la región, negó la mayor y dijo que lo firmado en Murcia no iba a ser aceptado en Madrid. 

Mientras tanto, Rocío Monasterio no ha dejado de mostrar su voluntad de llegar a un acuerdo a través de los medios de comunicación. Siempre dispuesta a sentarse en la mesa de negociación, ha pedido respeto a sus votantes y ha conseguido que los naranjas, después de hablar de cordones sanitarios y criticar las medidas que Vox establecía como requisitos sine qua non, entendiesen que la aritmética parlamentaria hacía de su formación un partido indispensable para otorgar la gobernabilidad autonómica a la derecha. 

Así las cosas, el Partido Popular mantiene la Asamblea de Madrid. Un auténtico feudo para los azules, ya que ha conseguido mantenerlo desde las elecciones de 1995, cuando Alberto Ruiz-Gallardón se impuso a Joaquín Legina en los comicios. 

La nueva ronda de contactos ha estado salipicada por la polémica. La Fiscalía ha pedido la imputación en Púnica de Esperanza Aguirre, Cristina Cifuentes e Ignacio González. Pesos pesados de la estructura popular sobre los que la Justicia vuelve a poner el foco. Íñigo Errejón, Isa Serra y Ángel Gabilondo han tratado de presionar a Ciudadanos con esta información para hacer ver que si consienten cuatro años más de poder a los de Casado serán partícipes de su corrupción. Sin embargo, Ignacio Aguado no ha querido escuchar a sus rivales y ha alegado que "la única forma de que el PP no sea corrupto es con Cs controlando desde dentro de las instituciones". 

La candidata a presidir la región también ha querido desvincularse del legado de su propio partido: "Lo que toca en estos momentos es respetar la presunción de inocencia, yo tengo la obligación de ver y mirar para adelante y renovar este proyecto y de encauzar una nueva etapa. Cuando la Justicia hable haremos nosotros lo propio. Mis responsabilidades, en el caso de Aguirre, se centraban más en un perfil técnico o de periodista en un partido político pero ahora soy otra persona, con otro perfil y otra etapa. No reniego de nadie pero no tengo que reivindicar nada, no tengo esa obligación", ha dicho.

Marcada en rojo la fecha en el calendario, tanto Isabel Díaz Ayuso como Ignacio Aguado han querido dar explicaciones frente a los medios y sacar pecho de su gestión: "Mientras que España se mantiene bloqueada y con un gobierno sin rumbo, en la Comunidad de Madrid vamos a seguir defendiendo la Constitución, la unidad de España, la bajada de impuestos y la libertad. En la casa de todos los españoles sois bienvenidos", ha dicho la candidata popular. 

Por su parte, el dirigente de Ciudadanos ha tratado de quitar hierro al pacto con Vox justificando su pacto de la siguiente manera: "A todos los cenizos, profesionales de la polarización y agoreros les quiero mandar un mensaje: gobernaremos para todos los madrileños".