Julian Assange, fundador de Wikileaks, ha dado el pistoletazo de salida a los cursos de verano de la Universidad de Jaén. El cónclave, organizado por la Fundación Internacional Baltasar Garzón, ha contado con la intervención del activista de la transparencia a través de una videoconferencia desde la Embajada de Ecuador en Londres, donde lleva cuatro años recluido en virtud del asilo político concedido por el país sudamericano. Puedes leer la transcripción al castellano de su intervención a continuación:

Mi nombre es Julian Assange, soy el editor jefe y fundador de WikiLeaks. María Garzón me ha pedido que diga unas palabras sobre la importancia de la libertad de expresión y la transparencia. Bien, pensemos en ello.

En realidad no me gusta mucho la palabra “transparencia” porque es una palabra bastante abstracta. Si pensamos en qué es “transparente” en la experiencia de la mayoría de la gente, es un vaso o, tal vez, agua. No es algo que realmente despierte la pasión humana y hay una razón por la cual la palabra "transparencia", que es cerebral y fría, ha llegado a ser una de las palabras más importantes para designar algo que realmente está lleno de pasión.  Y esto es nuestra capacidad para entender nuestra civilización, a nosotros mismos, y lo que debemos hacer con nuestro posicionamiento y qué tipo de futuro deseamos como individuos y como humanidad en conjunto.

Es precisamente porque la palabra transparencia es tan carente de pasión y tan despolitizada, que ha llegado a ser tan popular.

Así que tenemos organizaciones como Transparencia Internacional que probablemente fue la que más promocionó esa palabra en los años 90 atrayendo a si fuentes de financiación de grandes fundaciones estadounidenses y grandes corporaciones. Esta palabra, que se convertiría en “la palabra” para definir el fenómeno y por supuesto cualquier organización, que busque obtener financiación de diversos grupos altamente conservadores, tiene que extraer la pasión o el contexto político de su solicitud, puesto que dichos grupos están preocupados de que puedan verse envueltos en algo que pueda suponer una reacción política negativa. Si por el contrario hablamos de los frutos de la transparencia, conseguimos entender la palabra como realmente es para que podamos ajustarla para ser más útil, comprendiendo que: “aquí tenemos una infiltrada (la transparencia) que las organizaciones involucradas (usan) en procesos para engañar al público, robarle, matar y asesinar, cubrir y distorsionar nuestra visión de la sociedad y de nosotros”, quizá que comencemos a entender lo más importante sobre la fría y muerta palabra “transparencia”.

En cuanto a “libertad de expresión”, suelen ser utilizada por artistas y escritores que quieren asociarse con aquellos, lo que también ignora el punto clave. La frase “libertad de expresión” es, ante todo, sobre la persona que se expresa, no sobre la persona que escucha o entiende lo expresado y, por lo tanto, es una suerte de terminología política “exhibicionista”. Lo nuclear de la libertad de expresión no es que algunos puedan a veces quejarse sobre ciertas cosas o manifestarse; lo nuclear de la libertad de expresión es que las personas puedan entender cómo el mundo funciona en realidad y sean capaces de hacer algo al respecto. En cualquier proceso comunicativo educativo hay, por supuesto, alguien que imparte conocimiento y alguien que aprende de él, por lo que, en cierta manera, podemos centrar estos fenómenos en una libertad de entendimiento, o derecho a saber, o libertad para comunicar, o quizá, simplemente, derecho a ser seres humanos, porque lo que caracteriza a los seres humanos, en el mejor de los casos, es que aprenden los unos de los otros y de las experiencias pasadas. Si eliminamos todo habilidad de los seres humanos de comunicarnos, si todos nos convertimos en árboles en el bosque o piedras en la costa, no hay civilización humana (y quizá pienses “bueno, hay facetas de la civilización humana que no me gustan. Quizá sería mejor si fuéramos gatos salvajes”). Tras años aprendiendo de todas las cosas estúpidas que los humanos hemos hecho en el pasado y entre los unos a los otros, podemos evitar repetir gran cantidad de estupideces, crueldades, acciones inhumanas y desastrosas, y esto es algo que merece la pena celebrar sobre los seres humanos; es, de hecho, “la cosa” sobre los seres humanos – quizá la única cosa sobre los seres humanos que merece la pena celebrar: nuestra capacidad de aprender los unos de los otros sobre el verdadero medioambiente y, por lo tanto, ajustarlo para que sea menos inhumanos para cada uno de nosotros y para nosotros mismos.

Por ello quiero hacer atrevida afirmación de que el derecho a comunicarnos, a entender la libertas de expresión y la transparencia, es el derecho fundamental. Es el derecho fundamental habilitador de todos los demás derechos de expresión. ¿Y por qué? Porque son derechos de expresión - ¿cómo sabrías si no que cualquier otro derecho existe? El derecho a la vida, el derecho a la familia, el derecho a no ser discriminado de muchos modos distintos, el derecho a la libertad de movimiento – todos estos derechos luchan para que su contenido sea conocido entre los humanos por parte de aquellos a los que se les han negado a través de nuestra capacidad de comunicarnos. Si no hay capacidad para comunicarnos, ninguno de estos derechos existen. Ahora, habitualmente escuchas esta pregunta: ¿cuál debería ser la regulación de la libertad de expresión? Por supuesto es otro derecho al que los humanos aspiramos, y los derechos a veces entran en conflicto entre ellos. Y por lo tanto, la Ley debe balancear estos derechos para intentar preservarlos, evitar que entren en conflicto o que uno acabe con el otro.

No, yo disiento, eso suena como algo fácilmente aceptable, como una dulce descripción de derechos con la que todos podemos estar de acuerdo. La libertad de expresión es el derecho fundamental habilitador de todos los demás derechos, es el portador de toda ley humana y todos los avances en la comprensión humana. Por ejemplo: La constitución, de Europa, o de los Estados Unidos, ¿no son de alguna manera más fundamentales que nuestro derecho a comunicarnos entre nosotros? De ningún modo, de hecho, ¿de dónde creéis que vienen las constituciones? Las constituciones surgen del enfrentamiento de comunicaciones humanas describiendo cómo los seres humanos funcionan y cómo deberían funcionar. Toda constitución, toda ley, toda regulación, siempre que sea racional, se basa en una descripción racional, argumentada y controvertida por seres humanos. Las leyes, regulaciones y procesos parlamentarios están regidos por una ley superior: la expresión de los seres humanos. Por lo tanto, si nuestra libertad de expresión, nuestra libertad de comunicación está subordinada a leyes ordinarias, nos encontramos ante un proceso circular autoregulado que dirige hacia inevitable corrupción. Lo podéis ver cada vez que se introduce un cuerpo de censura, un comité de censura, muchos de los cuales hemos ya puesto a la luz – diferentes procesos de censura por Internet, listas negras varias. Una de las primeras manifestaciones de corrupción que aparecen es que el propio sistema de censura introduce especificaciones del sistema en aquellas cosas objeto de la censura. Así que para cada sistema debe haber un meta-sistema externo al sistema que se ocupa de su regulación. Todos sabemos que la autoregulación lleva a corrupción puesto que todo sistema buscará siempre preservarse ante las críticas. Por lo tanto, dado que el proceso que da lugar a constituciones y leyes humanas es la confrontación de comunicaciones humanas, es ese mismo proceso el que ha de regular las constituciones y leyes. Ahogar la comunicación humana lleva a una forma corrosiva de autoregulación de esos mismos sistemas y leyes. Por ello digo que la libertad de expresión, el derecho a saber, el derecho a comunicar, la transparencia, es el derecho fundamental habilitador de todos los demás, y por lo tanto ha de ser tratado de modo diferenciado por la diferencia intrínseca en su papel en la evolución de las cosas buenas de las sociedades humanas en comparación con cualquier otro derecho. Creo que es un buen tema de debate y espero que sea una perspectiva interesante. Si queréis saber más de Wikileaks, podéis visitar wikileaks.org. Hemos publicado más de 11 millones de documentos a lo largo de un periodo de casi 10 años y podréis observar cómo hemos promovido la realidad de la libertad de expresión a escala global. Ese es siempre el mejor modo de defender un derecho. Un derecho por el que no se lucha es un derecho que pronto se degrada. Si queréis conocer más la interesante situación en la que me encuentro, detenido sin cargos en el Reino Unido ilegalmente por más de cinco años y medio, con una docena de procesos judiciales a lo largo del planeta, podéis visitar justice4assange.com. Hasta luego.