La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, se ha saltado el Parlamento Europeo con el plan de “rearme” de la Unión Europea (UE), mediante el cual los gobiernos de los Estados miembro aumentarán el gasto en defensa.

En este sentido, la Eurocámara no tendrá capacidad para modificar el grueso de la propuesta que presentó la semana pasada la máxima responsable del continente, quien decretó la excepcionalidad de la situación para sortear una institución que se antoja clave a la hora de aprobar un instrumento con el que el continente captará préstamos por un valor de 150.000 millones para proyectos europeos en defensa. Tampoco jugará ningún papel en la flexibilización de las reglas fiscales, con la que la UE pretende aumentar el gasto en un 1,5% del PIB, o lo que es lo mismo, en 650.000 millones de euros.

Opiniones enfrentadas con el artículo 122

En una carta remitida a los líderes de todos los países miembro, Von der Leyen indicaba que “se establecerá un nuevo instrumento bajo el artículo 122 del Tratado de Funcionamiento de la UE para proporcionar a los estados miembros préstamos respaldados por los presupuestos europeos”. “Con hasta 150.000 millones, este instrumento apoyará firmemente los esfuerzos de la UE para lograr un rápido y significativo incremento en las inversiones de las capacidades de defensa europeas ahora y a lo largo de la próxima década”, añadía.

Si bien la fórmula de este “plan de rearme” debería explorar otras vías a juicio de algunos jefes de Gobierno -el propio Pedro Sánchez abogó porque el dinero no llegue únicamente a través de créditos sino también mediante ayudas directas como sucedió con los fondos de la pandemia- los responsables europeos avalan la propuesta de la Comisión Europea, que ahora tendrá que desarrollar el contenido legal. Sea como fuere, no necesitará el visto bueno de la Eurocámara.

El artículo mencionado unas líneas más arriba destaca que “en caso de dificultades o en caso de serio riesgo de dificultades graves en un Estado miembro, ocasionadas por catástrofes naturales o acontecimientos excepcionales que dicho Estado no pudiere controlar, el Consejo, a propuesta de la Comisión, podrá acordar, en determinadas condiciones, una ayuda financiera de la Unión al Estado miembro en cuestión”. “El presidente del Consejo informará al Parlamento Europeo acerca de la decisión tomada”, subraya.

Algunos eurodiputados reconocen el descontento en algunas partes, que hablan de “frustración”. En esta línea, los Socialdemócratas y La Izquierda han mostrado ya su rechazo y postulado totalmente en contra del artículo 122. El Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S&D), acentúa que, además, no está de acuerdo con que el instrumento diseñado por la Comisión Europea se limite a conseguir préstamos para los estados miembros con una mejor financiación, con lo que quieren que haya subvenciones directas de la UE.

En sentido similar se pronuncian Los Verdes, quienes consideran que la “necesidad de inversiones urgentes en defensa es elevada” y aplaude que “por fin haya propuestas concretas” encima de la mesa, pero mantienen su crítica a la exclusión del Parlamento Europeo en tanto en cuanto es “el único órgano elegido directamente”. Asimismo, La Izquierda dicta que “la presidenta usa poderes de emergencia para asegurar que el Parlamento se quede fuera del proceso de elección” porque “es más fácil gobernar sin la gente”.

También fuera de la flexibilización de las reglas fiscales

El Parlamento Europeo también se queda fuera de la flexibilización de las reglas fiscales; la otra gran herramienta para financiar el incremento del gasto en defensa. La posición del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en escenarios como la guerra de Ucrania o la invasión de Gaza, y después de haber amenazado con desconectarse del continente y advertido a la OTAN para centrarse en la amenaza que le supone China en el Indo-Pacífico, ha conducido a Von der Leyen a plantear la activación de la cláusula de escape del Pacto de Estabilidad y Crecimiento que acordó hace apenas un año.

Otra de las patas del plan guarda relación con la posibilidad de permitir a los Ejecutivos desviar dinero previsto en un principio para la cohesión, al gasto en defensa; un punto que no ha caído nada bien en España o Italia, y que todavía se desconoce si tendrá que contar con algún tipo de respaldo comunitario.

La última artista pasa por la movilización de capital privado, para lo que apuesta por favorecer el acceso a la financiación y completar la Unión del Mercado de Capitales que se resiste desde hace años. Por el momento, España, Francia, Alemania, Italia, Holanda, Polonia y Luxemburgo están trabajando en un producto de ahorro europeo.

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