La economía alemana no atraviesa su mejor momento: la preocupación por los aranceles que el presidente Donald Trump planea implantar para Europa supone una amenaza real para el país germano que basa gran parte de su economía en las exportaciones. Esto se suma a un sistema de trabajo industrial saturado que ha ido cayendo los últimos años y lanzando a la eurozona a una recesión industrial.

Una generación después de la reunificación alemana, la sociedad civil sigue aún profundamente dividida. Esta situación se evidencia con la inesperada subida del partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD) que se situó a la cabeza de las elecciones federales en la antigua Alemania oriental con un 29.7% de los votos.

Entre esta división de la sociedad existe una causa común sobre la que todos los partidos de izquierda a derecha han fijado su punto de mira: la inmigración. Según las recientes encuestas, una mayoría de alemanes quiere que su país acepte menos refugiados, aunque preferirían que esto se diera por directrices de la Unión Europea.

Qué partidos se presentan a las elecciones en Alemania

Entorno al centro se encuentran los dos grandes partidos: la centroizquierda socialdemócrata del actual canciller Olaf Scholz (SPD), y los conservadores de la oposición, los democristianos de la CDU. Ambos partidos han visto su poder reducido los últimos años con la penetración en el panorama político de partidos como los Verdes y la extrema derecha de la AfD.

En la carrera para tomar el control del Bundestag también se encuentra el Partido Liberal (FDP) y la izquierda más alejada de los socialdemócratas, Die Linke junto con el partido de la progresista Sahra Wagenknecht (BSW) quien corre el riesgo de perder el 5% necesario para tener representación en el parlamento.

Las encuestas apuntan a una victoria de la derecha

Los conservadores han liderado las encuestas nacionales los últimos dos años y se ha reforzado aún más tras la implosión del gobierno de coalición “semáforo” de socialdemócratas, verdes y liberales el pasado noviembre y que provocó un adelanto de las generales. Ahora los conservadores de la CDU se sitúan en un 30% de intención de voto.

Por su parte, los socialdemócratas de Scholz han caído a la tercera posición con un 16%, contrastando con su victoria en las elecciones de 2021. El SPD esta seguido por los verdes con un 13% y Linke con un7%.

La Afd ha logrado en sus doce años de historia convertirse en la primera fuerza política de ultraderecha en hacerse con una posición tan elevada en las encuestas desde la Segunda Guerra Mundial. A escasos días de las elecciones, el partido de Alice Weidel cuenta con un 20% de intención de voto.

Las claves de las elecciones alemanas

Ucrania se ha convertido en uno de los temas centrales de la campaña. La mayoría de los partidos están a favor de enviar apoyo a los ucranianos, mientras que la AfD y Sahra Wagenknecht pretenden poner fin a los envíos de armas y retomar relaciones con Moscú.

La economía del país germano se halla en su peor situación de las últimas dos décadas. Los altos precios de la energía han jugado un importante papel en la crisis industrial por la que atraviesa el país. Friderich Merz, de la CDU, y el candidato más proclive a ganar las elecciones, defiende una posición para solventar rápidamente la guerra de Ucrania y retomar así la entrada del gas ruso del que Alemania ha sido dependiente hasta el inicio de la invasión. Como alternativa a la dependencia de la energía rusa, la CDU y AfD proponen un retorno a la energía nuclear que Angela Merkel vetó tras el desastre de Fukushima de 2011.

La inmigración se ha convertido en un factor clave para entender estas elecciones. Los ataques violentos provocados por personas en situación de asilo que ha sufrido Alemania los últimos meses han puesto de manifiesto la preocupación de los alemanes respecto al cierre y control fronterizo.

Los conservadores de la CDU han adoptado una posición más dura sobre la inmigración en los últimos años, acercándose al modelo de la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, que ha endurecido enormemente las condiciones para aceptar peticiones de asilo. Los socialdemócratas han dado un giro a la derecha en sus políticas migratorias, endureciendo el control en las fronteras y aumentando el numero de deportaciones.

Ruptura del cordón sanitario a la ultraderecha

La ultraderecha alemana ha sido rechazada desde el fin de la Segunda Guerra Mundial por su oscuro pasado nazi. Existe un consenso entre los partidos, que establece un cordón sanitario alrededor de los partidos de extrema derecha para evitar una subida al poder no deseada.

La cuestión migratoria ha provocado que Merz pida votos a la AfD para poder aprobar sus propuestas antinmigración en el Bundestag. A esto se suma la perdida del estigma que rodea el oscuro pasado de la Gran Alemania de los años 30, lo que ha hecho que el candidato democristiano salte este cordón para ver que puede obtener del otro lado.

Esta situación ha acarreado numerosas criticas a Merz, incluso de su predecesora Merkel. El panorama político alemán teme ahora que una posible victoria de la CDU pueda abrir las puertas a las políticas de la AfD.