El segundo mandato de Donald Trump al frente de la Casa Blanca ha estado marcado en esta primera etapa por multitud de cuestiones, aunque una de las más ‘jugosas’ a nivel mediático fue su ruptura con Elon Musk, quien llegó a ser su mano derecha en el Despacho Oval. Transcurridos en torno a seis meses desde la salida del sudafricano del Gobierno de Estados Unidos, ahora el principal mandatario ha eliminado todo rastro de ‘DOGE’, el Departamento de Eficiencia Gubernamental, el que fuera el cargo por excelencia de Musk a su lado.
La victoria de Trump en las urnas presidenciales no se entendería sin el apoyo del dueño de Tesla y X -antigua Twitter- durante la campaña, motivo por el cual tuvo un puesto asegurado en la Casa Blanca. Un año después de ello, y en torno a seis meses tras la salida oficial de Musk, según recogieron este domingo medios internacionales como The Guardian, ‘DOGE’ ya es un departamento extinto.
A su vez, y en palabras del director de la Oficina de Gestión Personal del Gobierno estadounidense, Scott Kupor, este departamento ya no era una “entidad centralizada”.
La razón de ser de ‘DOGE’ se focalizaba en impulsar una “reforma estructural a gran escala” con el objetivo en la financiación de las administraciones públicas del país. Pese a este fin, lo cierto es que la aplicación de medidas bajo este mantra provocó despidos masivos de funcionarios y grandes recortes en agencias federales.
Al final de la etapa de Musk en las filas de Trump, a las puertas del verano, el papel de ‘DOGE’ en la acción gubernamental se desinfló prácticamente de un día para otro. Actualmente, las funciones que adquirió esta oficina se habrían derivado a la OPM, departamento que ahora recupera su función estructuradora de los recursos humanos federales.
Eclipse y divorcio de Musk con la Casa Blanca
Elon Musk, en los primeros meses de mandato de Trump, se erigió como una pieza clave del nuevo Gobierno republicano, la mano derecha indiscutible del presidente. No obstante, la relación se empezó a truncar entre ambos ante las reticencias del primero por la expansión de la guerra de aranceles declarada por el segundo a la Comunidad Internacional.
Según avanzó el medio Politico en abril, el dueño de Tesla dimitiría de su puesto próximamente, una teoría que terminó siendo un hecho. Y es que dicho escenario se materializó por los desencuentros de ambos con motivo de los aranceles; prueba de ello, algunas declaraciones de Musk al respecto: llegó a referirse al asesor de Comercio, Peter Navarro, como un “auténtico imbécil” y “más tonto que un saco de ladrillos”.
Asimismo, coincidiendo con el apodado ‘Día de la Liberación’ que bautizó Trump, el magnate de X sufrió una gran caída en bolsa de sus empresas, hasta en un 13% en la venta de Tesla, después de decir en público que no estaba de acuerdo con los altos aranceles de la Casa Blanca. “Estaba decepcionado al ver una ley de gastos, que, francamente, aumenta el déficit presupuestario, no solo lo disminuye, y minusvalora lo que está haciendo el equipo de DOGE”, defendió en una entrevista con la cadena CBS.
Ante el cruce de otros comentarios de similar índole, fue a finales del pasado mes de mayo cuando se confirmaron las sospechas: la salida del sudafricano del Despacho Oval. Entonces, Musk esgrimió palabras de agradecimiento hacia el presidente: “Como se acerca el final de mi tiempo asignado como empleado especial del Gobierno, quería darle las gracias al presidente. (…) La misión de ‘DOGE’ solo se fortalecerá con el paso del tiempo mientras se convierte en una manera de vivir del Gobierno”, señaló entonces.
Incluso tras su salida de la Casa Blanca, los reproches continuaron. A principios de junio, Musk estalló contra una de las grandes medidas del mandato de Trump: su política fiscal. “Este proyecto de ley de gastos del Congreso, masivo, escandaloso y lleno de gastos superfluos, es una abominación repugnante. ¡Qué vergüenza para quienes votaron por ello! Saben que hicieron mal, lo saben”, espetó a través de su red social. Cabe recordar que esta normativa se fundamentaba en recortar impuestos y, simultáneamente, elevar el gasto en Defensa.