Queda poco más de una semana, concretamente ocho días desde este lunes, para las elecciones presidenciales en Estados Unidos y todavía está todo por decidir. Ya son varias jornadas en las que las encuestas permanecen muy reñidas y en las que ninguno de los dos candidatos, Kamala Harris y Donald Trump, puede sacar pecho de grandes ventajas sobre el otro aspirante a ocupar el despacho oval. Hay muchos bailes pero pocas conclusiones, ya que algunos sondeos dan la victoria a la demócrata mientras otros al republicano. Todo con sobreactuaciones de todo tipo.
Harris y Trump, casi en tablas
En la tierra del sueño americano queda todo por decir. El próximo 5 de noviembre se celebran los comicios presidenciales y los dos dirigentes en la batalla, por ahora, no tienen nada que celebrar. Y es que las últimas encuestas, como las anteriores, señala una batalla muy ajustada entre la candidata demócrata y el republicano. Son pocos los márgenes que separan a las dos caras visibles de dos proyectos diferenciados por el que ya ha sido presidente y la que sería la primera mujer afroamericana en hacerlo.
Según la encuesta publicada este domingo de Ipsos para ABC, Harris adelanta a Trump por 51 a 47, lo que supone una ventaja de cuatro puntos. Es una mejora de las precisiones con respecto al mismo sondeo de principios del mes, cuando registraron un 50 a 48. En las mismas líneas se pronuncia el estudio de YouGov para CBS, que ahora reduce la ventaja de 50 a 49, recortando también el margen que la vicepresidenta registró en esta misma a mediados de octubre, con un 51 a 48.
También sale beneficiada Harris en los estudios de la Universidad de Monmouth, donde obtiene una ventaja de 47 a 44% de Trump entre los preguntados por si "definitivamente" o "probablemente" van a votar a uno de los dos candidatos. Solo el 4% asegura decantarse por "otro" mientras el 5% loi hace por ningún candidato. La de YouGov para Economist también apunta a una ventaja de Harris con 49 frente a 46% para el magnate, aunque baja un punto con respecto a la anterior.
En la que también resulta bien parada es en la encuesta de Morning Consult, donde aventaja al republicano de 50 a 46%, aunque de nuevo por debajo de los resultados anteriores, cuando marcó un 51 a 45% la pasada semana. Pero no todas las previsiones son tan positivas para la actual vicepresudenta del Gobierno de Joe Biden, que también tiene comedidos y poco convenientes sondeos.
Esto es lo que apunta una encuesta del Emerson College Polling, publicada este fin de semana, que sitúa a los dos candidatos prácticamente empatados a 49%. En concreto, señala que Trump lograría 275 representantes mientras Harris lo haría muy de cerca, con 232. Prácticamente lo mismo se recoge en el sonde del New York Times, que baja la previsión a un empate a un 48%. Ambas, eso sí, con una tendencia a la baja para la demócrata.
En el otro lado, el de Trump ganando, está el estudio de la CNBC, que señala una victoria por 48 a 46. Otra publicada por el Wall Street Journal también lo apunta, aunque en ese caso a la baja por 47 a 45. El republicano también aventaja a Harris por dos puntos para el análisis de HarrisX para Forbes, en ese caso con 51 a 49. Con todo, cabe señalar que todavía, a solo unos días de la cita con las urnas, hay muchos norteamericanos que aseguran estar indecisos, lo que puede ser clave para ambos dirigentes, pero el magnate lidera la intención de voto en términos generales.
Biden vota este lunes
Por su parte, el actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tiene previsto emitir este lunes su voto anticipado en las elecciones presidenciales que se celebrarán el próximo 5 de noviembre. Biden ha dado un paso atrás durante la campaña de su vicepresidenta con el objetivo de que Harris se distancie de su mandato de cara a los comicios. "Seguirá su propio camino", dijo antes de que la candidata demócrata asegurara que, de ganar las elecciones, su "Presidencia no será una continuación" de la del actual dirigente.
Así, fue a mediados del pasado mes de julio cuando Biden retiró su candidatura a la reelección tras semanas de presiones, incluso a nivel interno del Partido Demócrata, a raíz de su cuestionada y comentada actuación en el debate contra Trump un mes antes -a finales de junio-. Esto puso de manifiesto la preocupación sobre su vejez, lo que desencadenó su salido y su apoyo como su sucesora a Harris.