Aproximadamente siete millones de estadounidenses, convocados por el movimiento No Kings (Sin Reyes), se han manifestado este sábado en las calles de las principales ciudades de Estados Unidos para protestar contra el autoritarismo y las políticas del presidente Donald Trump.
Más de 2.700 concentraciones y manifestaciones han sido contabilizadas en toda la geografía estadounidense y también fuera del país, en ciudades como Londres, París, Roma o Madrid respaldadas por organizaciones de la sociedad civil como la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU), la Federación de Profesores Estadounidenses, 50501, Campaña por los Derechos Humanos, Indivisible o MoveOn.
Una de las principales movilizaciones ha sido la de Washington D.C., que ha llegado a ser comparada por el científico y presentador Bill Nye con las protestas pacifistas contra la Guerra de Vietnam. "Protestamos igual hoy. Solo que hoy nos jugamos más. En lugar de abandonar una guerra contra un enemigo escurridizo, a veces quizá imaginario, nos enfrentamos al posible fin de nuestra república", ha denunciado. Nye ha emplazado a los congresistas a "detener los abusos de este presidente petulante y su círculo de aduladores". "No a los tronos. No a las coronas. No a los reyes", ha remachado.
Los convocantes esperan que sean las protestas más grandes contra lo que describen como la deriva autoritaria que está instaurando en el país la segunda Administración Trump, cuyos simpatizantes han condenado como una manifestación de "odio contra América" y una nueva obstrucción demócrata en plena suspensión de la actividad del Gobierno. Otro de los oradores ha sido el senador demócrata Bernie Sanders, quien ha advertido de que Trump y millonarios como Elon Musk están poniendo en peligro el autogobierno. "Es un peligro tener un presidente que quiere cada vez más y más poder en sus manos y en las manos de otros de sus oligarcas", ha denunciado. Sanders ha criticado asuntos como la militarización de las ciudades, la persecución contra inmigrantes, las intimidaciones a medios de comunicación y las venganzas contra rivales políticos que atribuye a Trump.
La protesta también entronca con la política de expulsión de inmgrantes impulsada por Trump, lo que ha propiciado la movilización de las comunidades en ciudades como Minneapolis. "Tengas o no documentación. Vengas de donde vengas, tu etnia u origen, tu religión... en Minneapolis te queremos. Te damos la bienvenida y estamos en contra de la política de odio de Trump", ha destacado el alcalde de la ciudad, Jacob Frey, en declaraciones a la cadena CNN.
La excéntrica respuesta de Trump: un vídeo poniéndose una corona
Por su parte, Donald Trump ha reaccionado a las multitudinarias protestas con un vídeo realizado con inteligencia artificial que muestra al mandatario en una ceremonia de coronación y a varias personas arrodillándose ante él, en respuesta directa al nombre del movimiento convocante (No Kings, Sin Reyes).
En una entrevista con la cadena Fox News, el inquilino de la Casa Blanca quiso alejarse este viernes de la etiqueta de rey. "Dicen que se refieren a mí como rey. No soy un rey", afirmó.
Sin embargo, al final de la jornada las redes sociales del mandatario y de otros miembros de su Administración, como el vicepresidente, JD Vance, se han llenado de varios vídeos y fotos en los que se puede ver a Trump con una corona en la cabeza, siendo esta su única reacción ante las manifestaciones por el momento.
Casi siete millones... y de amarillo
Los organizadores de las movilizaciones que han llenado las calles de Estados Unidos han cifrado el seguimiento en casi siete millones de personas. Pese a ello, las manifestaciones han transcurrido sin apenas incidentes y de manera pacífica. Los participantes vestían de amarillo, recordando a la ropa portada por en las protestas de 2019 en Hong Kong, y disfraces coloridos y de personajes de ficción como dibujos animados.
Los asistentes también portaban banderas del colectivo LGBIQ+, mexicanas o la bandera palestina junto con enseñas patrias de Estados Unidos. Las pancartas mostraban su rechazo al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) y en favor de la democracia.
"Hoy, millones de estadounidenses se unieron para rechazar el autoritarismo y recordarle al mundo que nuestra democracia pertenece al pueblo, no a la ambición de un solo hombre", han sostenido los cofundadores de Indivisible, otra de las organización convocantes, Ezra Levin y Leah Greenberg.
"Con este color nos alineamos con un contexto histórico: una enseña optimista y visible que lleva el peso de la lucha democrática y la disidencia no violenta, y un recordatorio de que el poder debe emanar del pueblo, y no de las coronas", han señalado los organizadores sobre el amarillo.
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