La violencia ha tomado las calles de París en un nuevo día de protesta de los conocidos ya como 'chalecos amarillos'. Los manifestantes han protagonizado varios enfrentamientos con la policía. Les han lanzado distintos objetos y éstos han respondido con gases lacrimógenos. 270 personas han sido detenidas y más de un centenar han resultado heridas, 17 de ellas, agentes del oden.

El presidente, Emmanuel Macron, que se encontraba en Argentina participando en el G20, y que ha cancelado su viaje por los disturbios, ha respondido a lo ocurrido declarando que "nada tiene que ver con una expresión pacífica de un enfado legítimo". "Ninguna causa justifica", ha dicho. Los responsables "quieren el caos. Traicionan la causa a la que dicen servir. Serán identificados y responderán a sus actos ante la justicia".