La española Ana Baneira, encarcelada en Irán desde principios de noviembre tras haber sido detenida en las protestas contra el régimen del país a raíz de la muerte bajo custodia de Masha Amini, ha sido liberada este sábado, según han confirmado fuentes oficiales.

La activista gallega de 24 años regresará a España en la tarde de este domingo. Según han precisado las fuentes, Baneira se encuentra ya volando de regreso a España desde Dubái. Su llegada a Madrid está prevista para primera hora de esta tarde.

Tras su liberación, la joven activista conversó telefónicamente con el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, a quien trasladó su agradecimiento por las gestiones realizadas para conseguir su puesta en libertad y le indicó que se encuentra en buen estado después de estos meses bajo custodia.

El arresto de Baneira se conoció a principios de noviembre, en el marco de las protestas en todo el país a raíz de la muerte de la joven kurda Masha Amini en septiembre, mientras estaba detenida por, presuntamente, "llevar mal puesto el velo". En ningún momento han trascendido los motivos ni las circunstancias exactas de su detención.

Tras la salida de presión de Baneira, todavía queda detenido en Irán otro ciudadano español, Santiago Sánchez Cogedor, arrestado a principios de octubre cuando se dirigía a pie a Qatar para ver el Mundial de Fútbol precisamente tras visitar la tumba de Amini.

En estos meses, tanto Albares como otros miembros de su departamento han mantenido contactos con sus contrapartes iraníes para pedir la liberación de ambos ciudadanos españoles e interesarse por su situación y que se les garantizara un trato adecuado mientras estaban en prisión.

Las protestas de septiembre

La muerte de Masha Amini provocó graves disturbios y protestas masivas en Irán, que se saldaron con numerosos muertos y centenares de detenciones. Amini, detenida el 13 de septiembre en Teherán por la denominada Policía de la Moral por, presuntamente, llevar mal puesto el velo, sufrió un ataque cardiaco por el que fue trasladada a un hospital, donde falleció días después, según la versión oficial, cuestionada por la familia y otras instancias.

"Hemos arrestado y detenido a 739 alborotadores, incluidas 60 mujeres", explicaba en su momento el jefe de la Policía iraní en la provincia de Gilan, Asisiolá Maleki, en declaraciones recogidas por la agencia de noticias oficial iraní, IRNA.

Durante aquellos días, pudieron verse muestras de apoyo internacional a las mujeres iraníes, como una manifestación convocada en Madrid que se plantó, bajo las proclamas “¡Hermanas iraníes, estamos con vosotras!” o “¡Mujeres, libres, vivas!” en la Embajada de Irán en Madrid.

En palabras de Fátima Anllo, presidenta de Clásicas y Modernas, una de las asociaciones firmantes del manifiesto de la concentración, "el velo o el hiyab no es considerado un símbolo cultural”: “No lo será hasta que no llevarlo no tenga consecuencias de ningún tipo, ni multas, ni amenazas de muerte, ni tan siquiera el rechazo dentro de las familias. El día que llevar el velo no tenga ninguno de esos efectos, aceptaremos que llevarlo es un símbolo cultural”, reivindicó.

"Es imprescindible que el mundo occidental presione para que se tomen medidas y se impulse una transformación real en favor de los derechos de las mujeres y el conjunto de la sociedad iraní. Lo que está pasando en Irán no tiene precedentes", argumentó.