Alemania, Estados Unidos, España, Rusia, China, Reino Unido… Las grandes potencias del mundo que componen el G-20 se reúnen desde este viernes 30 de noviembre y hasta el próximo 1 de diciembre en Buenos Aires. Por la capital de Argentina desfilarán Angela Merkel, Pedro Sánchez, Vladimir Putin, Donald Trump… Pero ninguno de ellos ha generado o generará tanta polvareda como el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed bin Salman.

Perseguido por la sombra del asesinato de Jamal Khashoggi, Bin Salman ha sido el primero de los mandatarios de Estado del G-20 en llegar a Buenos Aires. Ser noticia de portada en Argentina mientras se debate dónde se juega el River Plate-Boca Juniors tras la suspensión -dos veces- del partido de vuelta es complicado, pero el príncipe saudita lo ha conseguido.

Poco antes de poner un pie en la tierra del fuego, la ONG estadounidense Human Rights Watch (HRW) denunció ante la Justicia argentina al príncipe heredero por delitos de lesa humanidad y por el asesinato de Khashoggi.

Entretanto, Mohammed bin Salman se pasea con poderio por las calles porteñas. Se alojará en la embajada de Arabia Saudí, que lleva días preparándose para su acogida. Tanto es así, que ha colocado incluso vidrios blindados.

Una polémica foto

Desde el asesinato de Khashoggi, lugar que pisa Mohammed bin Salman, lugar en el que es el polémico protagonista. Y es que, una instantánea suya ha copado portadas y tiempo de radio. ¿El otro protagonista? Juan Carlos I.

El rey emérito acudió como espectador de lujo al Gran Premio de Abu Dabi de Fórmula 1 a ver la última carrera de Fernando Alonso. Allí, saludó al príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bien Salmán, con quien se fotografió en el palco de autoridades del circuito, lo que ha contribuido, como era de esperar, a fomentar las críticas -feroces- contra su figura.