Ni en su lecho de muerte la caverna da tregua a su denostado Hugo Chavez. En Libertad Digital, Xavier Reyes Matheus, habitual colaborador de FAES y gran defensor de liberalismo de Esperanza Aguirre, se ensaña con él: "Ha muerto Chávez con un tubo atravesándolo "por do más pecado había": esa boca desaforada, procaz, incontinente, a la que lo ha debido todo", inicia su análisis del líder de la revolución bolivariana a quien describe como el "icono mundial de la barbarie" y le acusa de haber "canonizado la violencia, la corrupción y el crimen organizado como formas de participación política". Asimismo compara a sus seguidores con los que aplaudían el régimen nazi, valiéndose, por cierto, de Thomas Mann, que nada tiene que ver con esta guerra.

El editorial del digital de Federico Jiménez Losantos remata la jugada:
"La muerte de Chávez supone la desaparición de uno de los más infames y dañinos políticos que ha padecido Iberoamérica en las últimas décadas. Su final, por lo esperpéntico, ha sido acorde a su trayectoria, que si no fuese trágica para Venezuela y toda la región, podríamos decir que es de risa. Un payaso, siniestro, eso sí. (...) No sabemos si en próximos días los chavistas subirán aun más el listón del esperpento haciendo jurar el cargo de presidente a un Chávez ya cadáver".

Y en su emisora de radio ampliaba estas tesis contra su despreciado "gorila rojo", que es como se refiere a él. Aprovechando la coincidencia de la muerte de Chavez con el 60 aniversario del fallecimiento del dictador soviético Yosif Stalin, los compara a ambos. Asegura que es el "modelo inconfeso pero indudable de todos los déspotas comunistas que ha padecido Iberoamérica". De él dice que fue el "tonto útil" primero y el tesorero después de la revolución.

El periodista José María Izquierdo critica en su blog -especializado en denunciar las barbaridades de la caverna-, la exhibición que hace ABC de su exclusiva de que la enfermedad de Chavez era terminal:
 "A Abc le ha dado tiempo a hacer editorial. O a publicar el que tenían hecho, que tanto da. El título es “Muerte esperada e incertidumbre”. Y el sumario, bastante indigno y no poco canalla: “Ahora queda al descubierto la catadura de un personaje como Maduro, que ha colmado a este periódico de insultos cuando publicábamos la verdadera información sobre la salud de Chávez”. O sea: ¿ven cómo teníamos razón y se iba a morir? ¿Verdad que no es muy elegante pavonearse de haber anunciado la muerte de cualquier persona? Algún párrafo, que la cosa no va de broma: “Chávez se va dejando una América innecesariamente dividida, con una larga lista de huérfanos ideológicos, y su heredero político ha aprovechado los últimos momentos para provocar una innecesaria tirantez con Estados Unidos, sin duda para mantener a sus seguidores en tensión. Todo ello es un claro síntoma de que el régimen -o al menos la parte que representa Maduro- está dispuesto a resistir por la fuerza su declive, que será inevitable una vez desaparecido su comandante. Las irresponsables apelaciones de Maduro en su intervención televisada de ayer diciendo que ‘les llegará su hora a los traidores’, son un lamentable llamamiento a la violencia que pueden tener consecuencias gravísimas, teniendo en cuenta que hay que celebrar unas elecciones presidenciales a corto plazo. La incertidumbre se adueña ahora de Venezuela”.