Aficionados de diversos equipos de fútbol se han sumado a los jubilados argentinos en una nueva jornada de protestas que ha resultado en enfrentamientos con la policía este miércoles frente a la sede del Congreso argentino en la capital de Buenos Aires contra las políticas económicas implantadas por el presidente Javier Milei.
Lo que comenzaron como protestas pacíficas ha escalado rápidamente en violentos enfrentamientos cuando la policía ha desplegado cañones de agua, gas lacrimógeno y ha disparado balas de goma contra los protestantes que respondían lanzando piedras. Desde hace semanas, Buenos Aires es testigo de manifestaciones en las que se demanda una mejora en el sistema de pensiones, que ha quedado obsoleto tras un elevado encarecimiento de productos básicos. Aunque las protestas anteriores se han enfrentado a conflictos menores, como el uso de gases lacrimógenos, las protestas de este miércoles han sufrido una represión sin precedentes.
El gobierno de extrema derecha del presidente Javier Milei, que ha alardeado de implementar políticas de recorte extremo en el sector público desde que asumió el poder hace casi un año y medio, ha advertido a los protestantes que se prohibirá el acceso a los estadios de fútbol a aquellos hinchas que participen en los disturbios.
Alrededor de las 17:00, la policía desplegó agentes armados con escopetas y cañones de agua. Los disturbios comenzaron cuando un gran grupo de aficionados del Boca Junior, ondeando banderas argentinas y entonando cánticos que apoyaban a los jubilados, llegaron a la escena. La policía formo entonces un cordón para tratar de evitar su avance hacia el Congreso. Tras los hinchas, un grupo de jubilados fue empujado por cañones de agua a presión disparados desde dos tanquetas en las inmediaciones de la Asamblea Legislativa.
En una muestra de unidad sin precedentes, fans del Boca Juniors, River Plate, y otros equipos de fútbol argentinos se unieron a los pensionistas que se congregan a las puertas de la Casa Rosada cada miércoles para protestar contra las medidas de austeridad del gobierno de Milei. En una resolución firmada por el Ministerio de Seguridad argentino este miércoles, se anuncia la prohibición para acceder a los estadios a cualquiera que participe en los disturbios con una actitud violenta o pueda ser acusado de desorden público.
“Milei, basura, eres la dictadura”, coreaban los grupos de manifestantes en las calles de la capital argentina. Los asistentes a las marchas han comparado el mandato de Milei con la dictadura militar que Argentina vivió entre 1976 y 1983 cuando la policía llegó a la Plaza de Mayo, cerca del Congreso.
Entre los numerosos heridos y detenidos que han dejado los disturbios, el más grave ha sido el fotoperiodista Pablo Grillo, quien fue grabado recibiendo el impacto de un proyectil en la cabeza mientras tomaba unas fotos. El padre del herido, Fabian Grillo, ha dicho a la prensa que acusa al gobierno de Milei de poner en riesgo la vida de su hijo.
Un gobierno de recortes
Los protestantes -muchos ondeando banderas nacionales y fotografías del fallecido futbolista Diego Maradona- fueron recibidos por una gran presencia de seguridad a las puertas del Congreso mientras tenía lugar una sesión parlamentaria. Durante más de dos horas, fuerzas policiales de antidisturbios y policías motorizados lucharon para despejar la avenida central en la que algunos manifestantes estaban prendiendo fuego al mobiliario urbano y contraatacando a las fuerzas del orden con piedras arrancadas del pavimento.
Un coche patrulla y numerosos contenedores fueron quemados y se construyeron barricadas en varias calles con escombros. En las redes sociales se ha viralizado un vídeo en el que se ve como un agente de policía empuja al suelo a una anciana que se levanta con la cabeza ensangrentada.
En un año en el que las políticas de austeridad del gobierno se han intensificado, los pensionistas han resultado extremadamente perjudicados con una caída en el sistema de pensiones debido a la inflación. Aproximadamente un 60% de los jubilados reciben la pensión mínima, que equivale a poco más de 310 euros mensuales. El año pasado, Milei vetó una ley que pretendía elevar las pensiones.