Cuando queda menos de un mes para cumplirse dos años desde que comenzó la violenta masacre en Gaza, que ya se ha cobrado la vida de casi 65.000 personas -64.700, para ser exactos, según los datos del Ministerio de Salud gazatí-, el foco no deja de situarse en el escenario de muerte, destrucción y violencia indiscriminada. Pero, ¿qué hay de aquellos que luchan día tras día porque la vida permanezca? Los médicos, tanto extranjeros como nativos en Gaza se juegan la vida a diario por salvar a todos los heridos que han de atender ante los constantes ataques del Ejército israelí. 

Las imágenes que llegan desde territorio palestino ya son desgarradoras de por sí, pero escucharlo en voz de un profesional sanitario que ha visto con sus propios ojos el horror deja sin palabras. Raúl Incertis, médico anestesista español, trabajó en el Hospital Nasser de Khan Yunis, situado al suroeste de la Franja y que aún sigue operativo. Tras la escalada del conflicto el 7 de octubre de 2023, fue evacuado tres semanas después, pero regresó este pasado mes de abril a territorio palestino para continuar su labor sanitaria durante cuatro meses más. Con su regreso a nuestro país en julio, ahora su trabajo, recopilado en un informe, o como bien él lo llama "un documento gráfico-forense" hace de espejo que refleje la agonía del pueblo palestino.

Con este estudio que recoge "historias de 170 pacientes" con imágenes y sus respectivos historiales clínicos es de carácter forense, una pequeña muestra de la barbarie extrapolable a la realidad completa de Gaza. "La conclusión a la que llego es que todos son civiles, la inmensa mayoría, con un porcentaje muy alto de mujeres y niños. La reflexión es que ningún hospital en el mundo está ahora sometido a la presión asistencial, a la cantidad de heridos por metralla y armas de fuego como el Hospital Nasser y los otros dos hospitales públicos que quedan, de 15 que había en total", explica en conversaciones con ElPlural. 

Preguntado por qué recorrido puede llegar a tener este informe médico-forense, Incertis incide en que no es una labor suya propia, sino que la realizan todos los médicos extranjeros con el respaldo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y debido, como detalle primordial, a que en Gaza “no pueden entrar médicos forenses, periodistas o juristas”.

“Esta es una de las muchas pruebas que le llegan a la comisión de investigación de los territorios ocupados por Israel, impulsada por la ONU, que recoge estas pruebas y las cede a los abogados o fiscales de los casos de la Corte Penal Internacional si lo requieren. Tiene una validez legal, ese es el recorrido más interesante”, incide, dando a entender que, en un futuro próximo, servirá para probar que si el Gobierno de Benjamín Netanyahu está cometiendo crímenes de guerra.

No hay lugar seguro en Gaza, no hay dónde esconderse

 

La pesadilla en Gaza por los ojos de un médico

Y es que la agónica realidad de los civiles en la Franja ya es de por sí una pesadilla; un día a día que se suma al de todos los profesionales sanitarios que, de ver los horrores de un quirófano o en una sala de urgencias, al salir del hospital también se encuentran con un escenario del que no pueden escapar. "Hablamos de médicos de urgencia y de quirófano, se tiene que encargar de la atención de conciudadanos que están mutilados de las formas más aberrantes posibles por metralla, aplastados, tiroteados. Son vecinos de los médicos, a veces familiares, todos los compañeros del hospital que han perdido a parientes de primer y segundo grado", describe. 

El horror no sólo se vive dentro de las puertas del hospital, sino que fuera el horizonte no es más esperanzador. Los médicos residentes en Gaza, al igual que el resto de su población, “ya no tienen casa porque han sido bombardeadas”, siendo el único sitio “seguro” donde pueden quedarse en la franja de playa conocida como Al-Masawi, “mal llamada zona humanitaria” compuesta por tiendas de campaña “con espacio vital inferior al de una celda de Guantánamo”, explica Incertis, donde tampoco hay electricidad y los recursos son extremadamente escasos.

La jornada laboral es todo un reto que asumir y de ninguna manera sirve de desconexión de una realidad que parece una pesadilla. Los profesionales sanitarios trabajan “en turnos de 60 y 70 horas a la semana”: “Tienen que seguir trabajando para hacer vivible la vida a sus hijos, tienen que ir a buscar harina en su día de descanso a los camiones de la ONU o a la Fundación Humanitaria de Gaza, donde son tiroteados a propósito por el Ejército israelí; buscan leña o comprarla si queda porque no hay gas; también agua, que queda muy lejos”, incide el médico español.

Por este motivo, no hay días de descanso que valgan. Sumado a todo este escenario de violencia, los medios con los que operan a diario cada vez se hacen más insuficientes: “Se sienten muy incómodos a la hora de realizar su trabajo. En el caso de la anestesia, cada vez hay menos, no hay compresas o gasas suficientes para hacer las curas de heridas, tampoco antibióticos suficientes. Trabajas con una sensación de no poder ofrecer al paciente lo que necesitaría. Todos mis compañeros, sin excepción, pasan mucha hambre, han perdido una media de 20 o 30 kilos, y eso también les dificulta mucho. Están todos a nivel metal con estrés post traumático”, lamenta.

El Hospital Nasser se ha edificado en estos dos últimos años como uno de los últimos bastiones sanitarios en pie que resiste a la ofensiva israelí, pero que no ha escapado de los constantes bombardeos. Incertis explica que trabajó en este centro durante meses y, en toda su estancia, el centro sufrió “seis ataques”, siendo el último de ellos hace dos semanas atrás.

Según el relato de sus compañeros, la sensación que respiran es de “inseguridad y miedo” ante los constantes bombardeos y la incertidumbre de qué deparará el día de mañana. Y la pesadilla ni tan siquiera termina aquí. “El Ejército israelí en febrero de 2024 en una incursión secuestró a 74 compañeros y mató a algunos de ellos, digo secuestró porque los aprendió, los tomó sin proceso judicial ni imputación. Algunos de ellos llevan más de un año en cárceles israelíes, otros han sido liberados. Todos relataban lo mismo, hay concordancia en lo mismo, con las mismas torturas y vejaciones diarias. No hay lugar seguro en Gaza, no hay dónde esconderse”, relata a este periódico.

Los compañeros se sienten muy inseguros y con miedo

¿Dónde recaen las responsabilidades?

Con el tiempo corriendo a contrarreloj para la población palestina en Gaza, más aún cuando Netanyahu consolida su afán de conquista de la Franja y haya reiterado que “no habrá Estado Palestino”, ¿en quién y dónde recaen las responsabilidades de esta masacre?

En opinión de Incertis, la verdadera tortura de este escenario es que “se están asesinando y mutilando diariamente a niños”, reiterando que “un gran porcentaje de los pacientes son menores de edad”: “Lo que sucede allí no está sucediendo en ningún otro lugar del mundo, y tiene que ver con el volumen de civiles masacrados y, sobre todo, con la impunidad y las causas”.

Es en este último punto donde sitúa buena parte de las responsabilidades en la Unión Europea: “Principalmente Gobiernos como Alemania, Francia, Reino Unido y Francia son coautores de la masacre indiscriminada de civiles porque le venden armas a Israel, componentes para los aviones que bombardean. Esto genera una cantidad de dinero que no están dispuestos a perder. Es vergonzoso y muy doloroso”, lamenta.

Por el momento, esta semana la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, propuso en Estrasburgo la suspensión parcial del acuerdo comercial entre la UE e Israel y la detención de los pagos, además de la próxima creación de un Grupo de Donantes para Palestina. En paralelo, y en vista de la Comunidad Internacional, este viernes Naciones Unidas aprobó por amplia mayoría un texto en favor de reconocer el Estado Palestino.

Súmate a

Apoya nuestro trabajo. Navega sin publicidad. Entra a todos los contenidos.

hazte socio