Este lunes un centenar de españoles han llegado al aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid-Barajas procedentes de Ucrania. Uno de ellos, José Antonio, ha hablado para varios medios de comunicación durante su aterrizaje y su testimonio, muy clarificador, evidencia los horrores de la guerra. Cuenta el miedo que tanto él como su familia -su mujer y el hijo de esta- han pasado en el país atacado por Rusia. "Aquí en España veríamos pasar los aviones, pero allí no. Hay una masa de nubes y cuando oyes las sirenas no sabes si la bomba te va a caer a ti o no, porque se ven en el último segundo", explica a los periodistas mientras lamenta que la casa "fue bombardeada".
El hijo de su mujer casi se queda en Ucrania
José Antonio, que cogió un avión para rescatar a su mujer ucraniana y su hijo también expone las dificultades que han tenido para regresar al país a través de Polonia. En la frontera entre el territorio con capital en Kiev y este segundo explica que el hijo de su mujer casi tiene que quedarse a pelear. "Uno de los problemas que yo tenía es que mi hijo, digamos de segundas nupcias, acababa de cumplir los 18 años (...) Ves acercarse las luces... Salta la alarma de que tiene que hacer la mili y dices 'esto no va a ser para mí', relata. "De pronto nos encontramos a un sargento armado hasta los dientes. Lo hace bajar del camión y le dice 'tienes edad para luchar, tienes que coger un kaláshnikov'. Él acaba de cumplir 18 años y no sabe nada de estas cosas".
Este hombre, uno de los muchos que han llegado ya a España, asegura que pudieron salir del país gracias "a la mediación de la embajada" y a que el sargento "tendría algo de corazoncillo".
"Cuando llegue a casa destruyo videojuegos y armas de plástico"
Después de esta horrible experiencia, José Antonio asegura que no quiere saber nada que tenga que ver con algo propio de la guerra, ni siquiera en la ficción: "En cuanto llegue a casa destruyo videojuegos, armas de plástico... Es dantesco".
La guerra en Ucrania se prolongará parece al menos durante los próximos días ante la falta de acuerdos y de intención negociadora del presidente ruso, Vladimir Putin. José Antonio, cuenta él mismo, ha tenido suerte, pero no todo el mundo la tiene en un conflicto bélico. "Salir fue una odisea, en la frontera se han quedado más de 400 niños. Y muchos de ellos no son los que estamos acostumbrados a ver en televisión, sino rubios con ojos azules, creo que es importante destacarlo", concluye su testimonio, aunque estas últimas palabras sí que han levantado bastante polémica.