El líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha cambiado este jueves las arengas para mostrar su lado más moderado para exhibir ante los empresarios catalanes su programa económico “patriota” ante el 26-J si se convierte en el próximo presidente.

En el Círculo de Economía de Sitges, Iglesias ha desglosado el programa económico de Podemos y ha asegurado que “por mí no va a quedar” a la hora de que España tenga un nuevo Gobierno tras la demanda de los propios empresarios para que haya un acuerdo entre los partidos, o por el hecho de que se permita gobernar a la lista más votada.

Llama la atención que este año sí ha acudido a este encuentro de los empresarios catalanes, al que también han sido invitado el resto de líderes políticos. En la edicción de 2015, Iglesias afirmó que, aunque le invitasen, no iría porque "no nos van a llevar a la reunión esta de de Sitges a darnos caviar y vinos muy caros para hablar con nostros".

El PSOE como árbitro

Sobre el Partido Socialista, Iglesias lo ha calificado como “el árbitro, la fuerza decisiva”, al considerar que tras el 26-J sólo habrá dos opciones: un gobierno en el que esté el PP u otro en el que esté Podemos.

“Por mi parte voy a seguir tendiéndole la mano y haciéndole las mismas propuestas que le llevo haciendo desde hace varios meses” ha añadido Iglesias sobre el PSOE

El líder de Podemos ha subrayado que está dispuesto a participar en el gobierno en la posición que decidan los ciudadanos, pero a renglón seguido ha augurado que será para liderarlo.

“No pediremos un cheque en blanco a nadie. Pediremos al PSOE que gobierne con nosotros y asuma con nosotros la responsabilidad”, ha explicado Iglesias, quien a lo largo de su intervención se mostró convencido en varias ocasiones que será presidente y pondrá en marcha sus planteamientos económicos.

La “década perdida”

En el plano más económico, Iglesias ha afirmado que, para que España funcione le tiene que ir bien a todo el mundo, también a los empresarios. Y, repasando la situación del país, ha lamentado el “giro copernicano” hacia la austeridad que se dio en 2010 en toda Europa y que considera no ha dado resultado.

Frente al mensaje del Gobierno de que ya se ha salido de la crisis, Iglesias insiste en que aún queda un largo camino por recorrerá tras “una década perdida”. El líder de Podemos ha llamado la atención ante el hecho de que al haber sido 2015 un año electoral, es cuando se ha aplicado una cierta pausa en la austeridad y en que “sólo cuando se ha rectificado y se ha hecho algo parecido a lo que decimos nosotros, han aparecido los brotes verdes”.

A partir de ese panorama, ha ido recordando los diversos apartados económicos del programa electoral de Podemos haciendo hincapié en la necesidad de transformar el modelo productivo y aplicar una agenda social que dé prioridad a los más afectados por la crisis.

Renegociar con Bruselas la senda de déficit para reducirlo por debajo del 3 por ciento en 2019, poner en marcha un plan contra el fraude fiscal, bajada del IVA en determinados productos, aumento del del salario mínimo y existencia de una banca pública han sido algunas de las propuestas recordadas por el líder de Podemos.

Aunque ha considerado normal en democracia que pueda haber desconfianza ante los planteamientos por parte de las fuerzas políticas, ha garantizado que es perfectamente factible llevar a cabo su programa económico.

Pragmatismo

Ante la desconfianza de los empresarios en sus planteamientos, Iglesias ha recordado que Podemos ya ha demostrado que puede ganar elecciones y gobernar, por ejemplo, en las principales ciudades españolas con unos resultados “reconocidos y satisfactorios”. Entre ellos, según ha explicado, mejorar en el ránking de ciudades atractivas para la inversión.

“Somos capaces de gobernar con más eficacia y pragmatismo, y ese pragmatismo forma parte de la mochila que llevaremos al Gobierno de España”, ha augurado al tiempo que ha negado temer ante esa hipótesis una fuga de capitales.

¿Y Cataluña?

En el turno de preguntas, y estando en Cataluña, no ha faltado la referencia de los asistentes a un referéndum de independencia. Iglesias ha reconocido que “tarde o temprano” lo habrá, asegurando que podría convocarse “con normalidad institucional”.