"Os corresponde a vosotros, amigos de España -país en el que la diversidad de las culturas es mundialmente reconocida- (...), a cada uno de vosotros individualmente y a todos nosotros colectivamente, encontrar las pistas a través de las cuales la 'internacional ciudadana' en gestación podrá dotar de vida a este siglo. No para lograr el mejor de los mundos, sino un mundo viable", señala el prólogo firmado por Hessel y Vanderpooten.
Resistencia
"Creo que es preciso indignarse, sobre todo los jóvenes. ¡Y resistir! Resistir supone considerar que hay cosas escandalosas a nuestro alrededor que deben ser combatidas con vigor. Supone negarse a dejarse llevar a una situación que cabría aceptar como lamentablemente definitiva", señala Hessel. Precisa que para resistir es preciso crear y llama al "enriquecimiento cultural, espiritual y ético" en lugar del puramente cuantitativo y a romper son el "pensamiento constructivista basado en el 'cada vez más'".
Violencia
Hessel cree que la sociedad debe aprender a ser menos violenta y advierte: "somos una especie joven pero que puede irse al garete mañana, desaparecer... Ya hemos hecho muchas estupideces y podemos seguir haciéndolas, algunas bombas atómicas bien colocadas y sería el fin".
Limitar la economía de mercado
Además, aboga por limitar y regular la economía de mercado para darle espacio a la economía social, cuidar el equilibrio entre lo local y lo global, pues "iríamos directos al fracaso si las culturas se redujeran a una sola, ya fuese americana o china".
Derechos Humanos
"¡Comprometeos!" finaliza con un apéndice en el que se incluye la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en cuya redacción participó Hessel en 1948.
Resistencia
"Creo que es preciso indignarse, sobre todo los jóvenes. ¡Y resistir! Resistir supone considerar que hay cosas escandalosas a nuestro alrededor que deben ser combatidas con vigor. Supone negarse a dejarse llevar a una situación que cabría aceptar como lamentablemente definitiva", señala Hessel. Precisa que para resistir es preciso crear y llama al "enriquecimiento cultural, espiritual y ético" en lugar del puramente cuantitativo y a romper son el "pensamiento constructivista basado en el 'cada vez más'".
Violencia
Hessel cree que la sociedad debe aprender a ser menos violenta y advierte: "somos una especie joven pero que puede irse al garete mañana, desaparecer... Ya hemos hecho muchas estupideces y podemos seguir haciéndolas, algunas bombas atómicas bien colocadas y sería el fin".
Limitar la economía de mercado
Además, aboga por limitar y regular la economía de mercado para darle espacio a la economía social, cuidar el equilibrio entre lo local y lo global, pues "iríamos directos al fracaso si las culturas se redujeran a una sola, ya fuese americana o china".
Derechos Humanos
"¡Comprometeos!" finaliza con un apéndice en el que se incluye la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en cuya redacción participó Hessel en 1948.