Recientemente, ejercía de tertuliano en el programa de Carles Francino hasta que Mariano Rajoy le llamó y él le debió de contestar: “Si tú me dices ven, lo dejo todo”. También frecuentaba El Gato al Agua. Así son los autodenominados centristas: equidistantes. Por la mañana, la PRISA, por la noche, El Gato. [¿El Gato se comerá a los ratones capitalistas?]
Explicó a micrófono abierto las razones para liquidar la asignatura Educación para la Ciudadanía. “Lo anunciamos en nuestro programa electoral”, subrayó, como si ese programa popular, que incluía no subir los impuestos fuera un dogma de fe.
Luego nos leyó a los radioyentes unas frases tremebundas, en boca de Wert, extraídas –precisó- del libro de la Educación para la Ciudadanía. Venía a ser lo que dijo como si estuviéramos todavía dándole vueltas a la guerra fría entre Estados Unidos, la patria del capitalismo, y la URSS, la patria del proletariado.
“Los capitalistas son como ratones en una rueda, que corren más deprisa con el fin de correr aún más deprisa”. He aquí el adoctrinamiento escolar, criticado por todo el facherío y otros segmentos episcopales, más otro párrafo con marxistas y socialistas en el escenario, de los estudiantes españoles a través de la zapateril asignatura.
Pero lo que dijo Wert no fue más que un ejercicio de falsedades y de embustes made in PP. Se sacó el titular de Educación de la manga el texto de los ratones capitalistas y de los marxistas y los socialistas. También pudo ocurrir que alguno de sus asesores se lo puso por despiste en su reluciente cartera de ministro del Reino de España.
De momento parece que sólo pasará a la historia, si es que pasa, por ejercer de inquisidor frívolo u chapucero. A estas horas debería haber dimitido ya de su cargo. Si quien ha de preocuparse de la educación de los estudiantes españoles es el ministro Wert, que los dioses del Olimpo conservador nos cojan confesados. Me permito evocar un consejo aznarista: “¡Váyase, Sr. Wert!”.
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Explicó a micrófono abierto las razones para liquidar la asignatura Educación para la Ciudadanía. “Lo anunciamos en nuestro programa electoral”, subrayó, como si ese programa popular, que incluía no subir los impuestos fuera un dogma de fe.
Luego nos leyó a los radioyentes unas frases tremebundas, en boca de Wert, extraídas –precisó- del libro de la Educación para la Ciudadanía. Venía a ser lo que dijo como si estuviéramos todavía dándole vueltas a la guerra fría entre Estados Unidos, la patria del capitalismo, y la URSS, la patria del proletariado.
“Los capitalistas son como ratones en una rueda, que corren más deprisa con el fin de correr aún más deprisa”. He aquí el adoctrinamiento escolar, criticado por todo el facherío y otros segmentos episcopales, más otro párrafo con marxistas y socialistas en el escenario, de los estudiantes españoles a través de la zapateril asignatura.
Pero lo que dijo Wert no fue más que un ejercicio de falsedades y de embustes made in PP. Se sacó el titular de Educación de la manga el texto de los ratones capitalistas y de los marxistas y los socialistas. También pudo ocurrir que alguno de sus asesores se lo puso por despiste en su reluciente cartera de ministro del Reino de España.
De momento parece que sólo pasará a la historia, si es que pasa, por ejercer de inquisidor frívolo u chapucero. A estas horas debería haber dimitido ya de su cargo. Si quien ha de preocuparse de la educación de los estudiantes españoles es el ministro Wert, que los dioses del Olimpo conservador nos cojan confesados. Me permito evocar un consejo aznarista: “¡Váyase, Sr. Wert!”.
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