El PSOE de Cantabria se prepara para vivir uno de los procesos internos más relevantes de los últimos años. La anunciada candidatura de Pedro Casares, actual diputado nacional, para liderar el partido en las primarias del próximo mes de febrero marca el inicio de un enfrentamiento directo con el secretario general autonómico, Pablo Zuloaga. Este último, que buscará revalidar su cargo tras superar siete procesos de primarias, se presenta con el aval de los resultados electorales, su gestión como delegado del Gobierno, consejero de Cultura y vicepresidente de Cantabria, además del respaldo de la dirección federal del partido.

El enfrentamiento entre Zuloaga y Casares no es nuevo. La tensión interna se intensificó durante las elecciones de delegados al Congreso Federal de Sevilla en octubre de 2024. Casares apoyó una lista alternativa liderada por la alcaldesa de Castro Urdiales, Susana Herrán, que ganó por un estrecho margen de 29 votos. Este movimiento fue interpretado como un intento de desbancar a Zuloaga, generando una división en la militancia y sembrando dudas sobre la unidad del partido.

Sin embargo, el Congreso Federal reafirmó el liderazgo de Zuloaga, quien recibió un fuerte respaldo con más del 90% de los votos en la aprobación de los nuevos órganos de dirección. La derrota de Casares supuso también su salida de la Ejecutiva Federal, una pérdida significativa de poder orgánico que marcó un punto de inflexión en su trayectoria. Además, la nueva Ejecutiva de Sánchez abrió sus puertas a la delegada del Gobierno en Cantabria, Eugenia Gómez de Diego, mano derecha de Zuloaga, y situó en el Comité Federal a su secretaria de Organización, Noelia Cobo, y al alcalde de Colindres, Javier Incera.

A priori, Sevilla podría haber supuesto una especie de indirecta para cerrar las aspiraciones políticas de Casares; sin embargo, el líder de los socialistas santanderinos ha emprendido una huida hacia delante que muchos socialistas no terminan de comprender.

Dos sanchistas con diferentes trayectorias

Zuloaga y Casares, ambos sanchistas desde los inicios, han representado la renovación de un nuevo socialismo cántabro frente a la vieja guardia, aunque sus carreras políticas se han desarrollado de manera diferente.

Por su lado, Pablo Zuloaga ha consolidado su liderazgo desde que asumiera la Secretaría General en 2017 tras imponerse con claridad a la por entonces vicepresidenta de la región, Eva Díaz Tezanos. Bajo su mandato, el PSOE de Cantabria ha experimentado una recuperación electoral notable, pasando de ser tercera fuerza en Cantabria a igualarse en representación con el PRC de Miguel Ángel Revilla. La inminente retirada del histórico regionalista también significa una posible mejoría del PSOE en el futuro.

Zuloaga se hizo un nombre en 2015, cuando consiguió hacerse con la alcaldía de Santa Cruz de Bezana, desalojando al PP tras varios años de intensa oposición y consiguiendo un histórico pacto con el resto de partidos. Aquel mismo año, Pedro Casares obtuvo los peores números de la historia del PSOE en Santander, mientras que el PP revalidaba la alcaldía gracias a los pactos con Ciudadanos.

En 2018, Zuloaga se convirtió en el primer delegado del Gobierno de la era Pedro Sánchez, tras la moción de censura a Rajoy, y superó unas nuevas primarias para ser candidato a la Presidencia de Cantabria en los comicios autonómicos de mayo de 2019, donde pasó de cinco diputados a siete. En aquellas elecciones, Casares obtuvo en Santander siete concejales y fue segunda fuerza política. Sin embargo, semanas antes, el 28 de abril, Pedro Sánchez fue el líder más votado en Santander en las elecciones generales. De 25.600 votos y primera fuerza política a 20.532 y segunda fuerza en tan solo cuatro semanas.

El 10 de noviembre de 2019 hubo repetición electoral debido a que Sánchez no pudo formar Gobierno. Antes de aquel proceso, Casares decidió abandonar su responsabilidad como portavoz en el Ayuntamiento para encabezar la lista del PSOE al Congreso por Cantabria. Como consecuencia, el PSOE perdió un diputado y dos senadores en aquellas generales.

En 2020 y con la formación del nuevo Gobierno, Sánchez apostó por la número dos de Casares en el PSOE santanderino, Ainoa Quiñones, para relevar a otro histórico del partido en la Delegación del Gobierno como Eduardo Echevarría (actual presidente del PSC-PSOE), quedando al frente del Grupo Municipal el secretario de Organización de Casares, Daniel Fernández.

En 2021 Zuloaga revalidó la Secretaría General del PSOE cántabro por amplia mayoría frente a Judith Pérez, quien también había rivalizado con Casares por el poder en el PSOE de Santander en 2014.

En las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo de 2023, Daniel Fernández empeoró los resultados en Santander mientras que Zuloaga los mejoró en Cantabria, a pesar de que la debacle del PRC provocara la caída de la coalición entre socialistas y regionalistas. El 23 de julio del mismo año, Sánchez se las ingenó para volver a salir victorioso y, con la formación del nuevo Gobierno, apostó por Eugenia Gómez de Diego, afín a Zuloaga, en sustitución de Quiñones en la Delegación del Gobierno.

En resumen, desde que Zuloaga lidera a los socialistas cántabros, el PSOE ha pasado del 14% de los votos y 5 diputados a un 20,5% y 8 diputados, igualado con el PRC.

El calendario de las primarias y el Congreso Regional

Aunque los órganos del partido aún no han aprobado oficialmente el calendario, se barajan las fechas del 16 o 23 de febrero para la celebración de las primarias, mientras que el Congreso Regional podría tener lugar en marzo. La presentación de la candidatura de Casares antes de que se definan estos tiempos ha sido criticada por sectores afines a Zuloaga, que consideran que rompe con la disciplina interna del partido.

El resultado de estas primarias no solo definirá quién liderará el partido en los próximos años, sino también su capacidad para recuperar la estabilidad interna y enfrentarse a los retos electorales de 2027. Mientras Zuloaga apela a la unidad y los resultados obtenidos bajo su dirección, Casares intentará capitalizar el descontento de ciertos sectores del partido y plantear una visión renovada para el socialismo cántabro, a pesar de su pública derrota en Sevilla. Se vienen semanas intensas en el socialismo cántabro y lo que antes era sosiego y prudencia, ahora será crudeza y tensión.