La relación entre Vox y el profesor Ramón Tamames no fue todo lo idílica que le habría gustado a la formación de Santiago Abascal. Es evidente que ambos chocaban en cuestiones donde el partido de extrema derecha tiene sus líneas muy marcadas, como pueden ser el cambio climático o la ilegalización de partidos políticos. Pero de ahí al exabrupto contra la formación que no hace mucho defendió en la moción de censura va un paso importante.

El pasado 12 de junio, el exdirigente del Partido Comunista de España (PCE) estuvo en la Embajada de Rusia en Madrid para celebrar la fiesta nacional del país de Putin desde una postura prorrusa que, por otro lado, nunca ha ocultado. Desde allí dejó clara su opinión contra la formación de extrema derecha. Según destaca este miércoles The Objective, Tamames habría dicho abiertamente que Vox “es una mierda”.

Las fuentes consultadas por el medio mencionado subrayan también que la presencia del economista en momento y lugar obedecen a que éste “goza de un enorme prestigio en Rusia” y que, de hecho, “en las academias, los grandes oligarcas estudian su libro Estructura Económica de España”, por lo que se le dio prioridad a la cita por encima de otros personajes mediáticos como la influencer prorrusa Liu Sivaya.

En lo que respecta a la opinión de Tamames frente al país báltico, no es nada nuevo. Ya en el borrador de su discurso en la moción de censura asumía que Bruselas “no ofrece una salida de paz” al conflicto entre Moscú y Kiev, y llegaba a reprochar a Europa haber dejado a un lado su “ideal” pacifista.

También se mostró en contra del envío de armas de España a Ucrania, una idea sobre la que Vox ha insistido con hincapié y que se sitúa más cerca de la posición de la izquierda a la izquierda del PSOE. En una línea similar, vino a decir lo que ya había señalado en alguna ocasión, que los problemas entre Rusia y Ucrania “se deben resolver negociando” y no con sanciones.

Pero su postura respecto de Rusia es sobradamente conocida. Prueba de ello es que en 2017 clausuró unos cursos en La Granda (Asturias) dedicados al centenario de la Revolución Rusa. Allí rememoró su ideología comunista ensalzando los “momentos de brillantez” de aquel episodio histórico, mientras hablaba de lo positivo del triunfo soviético en la II Guerra Mundial, aunque “pagando un alto precio, con 20 millones de muertos”.

Las diferencias entre Vox y Tamames

Lo que sí que no supone ninguna novedad es que Tamames discrepa ampliamente con Vox en muchas cuestiones. Así lo dejó claro en el momento previo a la propia moción, cuando quedó más que claro que Tamames y los de Abascal opinaban diferente en temas como la migración o la violencia de género, además de los ya mencionados.

Vox quiso vender aquello como una victoria en tanto en cuanto su discurso estaba claro: no hace falta pensar igual que el partido, para ser del partido. El final de la moción de censura es de sobra conocido por todos, ya que se consumó como la que menos apoyos ha recibido de las que se han celebrado en democracia.

Pero más allá de las derivadas últimas, el economista se mostró abiertamente en contra de la política anti migratoria que planteaba el partido, defendiendo que la solución no pasa por “cerrar el grifo” porque esto sería lo mismo que “condenar a España a la despoblación acelerada”.

Sobre la violencia machista y el planteamiento de derogar la ley contra la violencia machista, Tamames apuntaba que “en absoluto” porque “hay que defender a la mujer como hay que defender al hombre”.

Otro de los puntos conflictivos de Vox: acabar con el Estado de las Autonomías. El ex del PCE tampoco estaba de acuerdo con ello y por el contrario abogaba por una “reforma constitucional” que evite que haya “17 escuelas médicas diferentes en España”, considerando de este modo que las Comunidades Autónomas tienen demasiada potestad.

Y más de lo mismo sobre el cambio climático o acerca de la ilegalización de partidos en una entrevista concedida a El País. Sobre lo primero, siempre quedará para el recuerdo aquella ocasión en la que defendió que “el 80% de los afiliados de Vox” estaban a favor de luchar contra el cambio climático y que sus dirigentes “todavía no se habían enterado”.

E igual de claro era sobre la posibilidad de echar del tablero a ERC o Bildu, como plantea la formación ultra. “Yo no soy partidario de ilegalizar nada (…) No voy a pedir la ilegalización de nadie”, respondía a preguntas de los periodistas.