La designación de Ester Muñoz como próxima y nueva a portavoz del Partido Popular en el Congreso ha reavivado la polémica por unas declaraciones suyas de 2019 que siguen levantando ampollas. En aquel entonces, Muñoz, recién llegada al Senado, cargó duramente contra los fondos destinados a políticas de memoria histórica, lanzando una frase que aún hoy resuena: "¡15 millones de euros destinados a que ustedes desentierren unos huesos en lugar de mejorar los salarios de jueces y fiscales!"

Sus palabras, pronunciadas en el pleno de la Cámara Alta durante el debate presupuestario, fueron consideradas una afrenta a las víctimas del franquismo y provocaron una bronca parlamentaria. Senadores del PSOE respondieron con gritos de “¡fuera!” y “¡a la calle!”, mientras la entonces senadora popular insistía en su acusación: “Hasta en eso son unos incompetentes”.

Más tarde, y ante la avalancha de críticas, Muñoz trató de matizar sus palabras alegando que con “unos huesos” se refería exclusivamente a la exhumación del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos, y no a las miles de personas que aún permanecen en fosas comunes y cunetas por todo el país. Nadie la creyó porque los 15 millones de euros a los que aludía no estaban destinados solo a esa operación, sino a un plan estatal de exhumaciones impulsado por el Gobierno de entonces para recuperar los restos de los represaliados del franquismo.

La reacción del Gobierno no se hizo esperar. La entonces ministra de Justicia, Dolores Delgado, calificó el discurso de “absolutamente indigno” y reprochó a Muñoz su desprecio hacia las políticas de memoria democrática: “Estamos hablando de algo que usted no va a entender nunca, que es la memoria democrática en valores y principios”, dijo desde la tribuna.

Quejas de las asociaciones memorialistas

La controversia también generó respuesta en la sociedad civil. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) presentó una queja formal ante el Defensor del Pueblo, acusando a Muñoz de emitir un “trato vejatorio hacia las víctimas de la dictadura franquista” y de incurrir en “una enorme falta de respeto a los derechos humanos”.

Por su parte, el portavoz socialista en el Senado en aquel momento, Ander Gil, comparó la situación con lo que supondría escuchar palabras similares en el Parlamento alemán sobre las víctimas del Holocausto, y denunció que la senadora se refiriese “de manera despectiva a los miles de españoles que dieron su vida por defender la democracia”.

Ahora, con su inminente nombramiento como portavoz del PP en el Congreso, la hemeroteca y la memoria –también la democrática– vuelven a colocar en el foco a una dirigente que, con apenas 40 años, representa a una nueva generación de populares cuya relación con el pasado reciente de España sigue siendo motivo de controversia por su casposidad y cercanía a posiciones ultraderechistas más que a la apertura política de la derecha democrática europea. Y del nombramiento de Miguel Tellado​​​​​​​ como secretario general ¡ni hablamos!: tal para cual.

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