En el epicentro de la política europea, el debate candente que se está acometiendo ante la crisis migratoria se centra en la creación de centros de deportación para inmigrantes irregulares fuera del territorio comunitarios, tal y como ha venido aplicando Giorgia Meloni en Albania. Una cuestión sobre la que, por su parte, y dentro de la postura adoptada por los populares europeos, Alberto Núñez Feijóo ha preferido, al menos hasta el momento, mantenerse al margen.

 Las opiniones al respecto son dispares. Por un lado, ha tomado especial peso la política migratoria aplicada por la dirigente ultra italiana, quien ha desviado un 40% de migrantes irregulares que cruzan el Mediterráneo hacia Albania, en concreto, a dos construcciones en Schengjin Gjadër, a partir de un acuerdo alcanzado por ambos países. Una medida que, pese a las arduas críticas y el estado de dichas instalaciones, no se ha visto con malos ojos desde Bruselas.

En este punto, entra la valoración de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, quien ha abogado por “explorar posibles vías” para la creación de estos centros en aras de oxigenar la problemática migratoria dentro de las fronteras comunitarias.

Desde España, la voz que se ha entonado en favor de esta medida ha venido del PP, sí, pero no de la dirección de Génova, sino desde la Puerta del Sol. La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, avaló recientemente las medidas aplicadas por Meloni. Mientras tanto, Núñez Feijóo, que continúa su gira europea y ya ha abordado la cuestión migratoria, ha preferido, al menos por el momento, no ahondar en el debate de los centros de deportación.

Feijóo guarda silencio

Este jueves, el líder de la oposición al Gobierno de Sánchez participó en Bruselas en la cumbre del PPE, donde se reunió con Von der Leyen y, más allá de remarcar que el Ejecutivo español, a su juicio, “se está quedando solo” en materia migratoria, Feijóo no se pronunció abiertamente sobre el debate de los centros de deportación.

El presidente del PP defendió entonces que “busca alianzas contra la inmigración irregular en Europa”, evitando mostrarse a favor o en contra de la que señaló como “solución innovadora”: “Hagamos una política migratoria de adultos, busquemos soluciones entre países miembros y no nos quedemos aislados fuera del consenso europeo”, abogó.

En los mismos términos, defendió que el problema de la inmigración no es “ideológico, sino objetivo”, distanciándose así de las “decisiones excepcionales” enmarcadas en las posturas de la italiana Meloni o el canciller alemán, Olaf Scholz, quienes han venido subrayando la posición contraria. Cabe remarcar que esta decisión se llevó a la cumbre de líderes de la UE, cuando 14 países suscribieron a través de carta esta postura, a la que no se sumó España pero sí Italia o Alemania y en la que se reclamaban las expulsiones de migrantes irregulares.

Asimismo, y en voz de oposición al Ejecutivo de Sánchez, Feijóo tachó de “inconcebible que España siga sin pedir ayuda a la Comisión Europea y que no utilice todos los recursos de Frontex”.

Ayuso avala la política migratoria de Meloni

Hace semanas atrás trascendió la buena visión que Díaz Ayuso dio con respecto a las medidas migratorias que está aplicando Meloni. La jefa del Ejecutivo de la Puerta del Sol celebró que la dirección de Génova se posicionase contra el PSOE con respecto a esta materia, acusando a la par a Moncloa de no “tomar medidas” como las que está impulsando Italia.

En estos términos, Ayuso abogó por trabajar la cuestión migratoria desde los países de origen que viven un “absoluto abandono” en sus fronteras, situando en el foco así la situación, “descontrolado”, según expresó, que se percibe en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas o los campamentos de Alcalá de Henares.

“Lo único que hace el Gobierno es intentar salvar la cara abandonando a los inmigrantes, a su suerte, por toda España y eso claro que genera problemas de convivencia (...) Está haciendo que muchos pueblos de toda España y muchos municipios estén empezando a tener problemas de convivencia porque no había una integración previa con una estrategia clara. Y eso es lo que insisto que alimentan y permiten”, culpó al Ejecutivo central.

Meloni y los centros de deportación albanos

La primera ministra italiana ha llevado a Bruselas su modelo de gestión migratoria que ya ha contado con el visto bueno, al menos preliminar, de Von der Leyen y otros países miembros “afines”. Este paquete de medidas, bautizado como Protocolo Italia-Albania, gestionará las solicitudes de asilo en dos centros especializados y situados en el país báltico y con la pretensión de desviar al 40% de estos inmigrantes irregulares que crucen el Mediterráneo hacia este destino.

Los perfiles afectados por este protocolo serán varones que no estén en situación vulnerable y provengan de países seguros. En cambio, mujeres, menores no acompañados y personas que procedan de otros países calificados como inseguros sí que tendrían derecho a protección internacional y, como se venía procediendo hasta ahora, seguirán desembarcando en Lampedusa.

El procedimiento para el primer grupo, aquellas personas que se desviarán hacia Albania, será el siguiente: Primero llegarán al puerto de Shëngjin, en el norte de Albania, donde se encuentra un centro de recepción con capacidad para 200 personas. Posteriormente, serán trasladados a una instalación más grande en Gjadër, que tiene capacidad para albergar a más de 1.000 personas y está protegido por un muro de cinco metros de altura.

Ya han trascendido imágenes de estas instalaciones albanesas, en las que se han podido ver camas, una sala médica y de atención psicológica. Sin embargo, y según informan medios italianos, no habría tomas de corriente a la luz y las habitaciones para dormir serían de un espacio reducido de 12 metros cuadrados.