El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, provoca la sobrerreacción del Partido Popular cuando abordaba el dinero adjudicado a dedo por la Generalitat a empresas para las labores de reconstrucción. Un total de 76 millones de euros de los cuales, 54,7 han ido a las arcas de organizaciones “involucradas en la financiación irregular del PP”. Por ello, el jefe del Ejecutivo afeaba el “concepto patrimonialista del Estado” que tienen en la derecha, momento en el que ha recordado los “contratos adjudicados por la Xunta” a la hermana del hoy líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. “Pregúntenselo”, ironizaba, antes de ser interrumpido por los alaridos de los diputados del Grupo Popular.

Sánchez arremetía contra el “negacionismo” climático de PP y Vox -uno por defecto y el otro por exceso-, equiparándolo a su “desprecio al Estado del Bienestar” por los consiguientes tijeretazos en las comunidades autónomas donde cogobiernan. “Y tienen el cuajo de decir que los 16.000 millones de euros aprobados en tiempo récord por el Gobierno son insuficientes. Y el señor Mazón tiene el cuajo de pedir 31.000 millones para la Generalitat… ¿Se creen que ese dinero viene del cielo?”, ironizaba el líder del Ejecutivo, que repasaba las exorbitadas cuantías que “han dejado de recaudar” las administraciones en poder de los populares.

En el caso concreto de la Generalitat, Sánchez ha expuesto que se han dejado de recaudar un total de 400 millones de euros, “regalados a las clases más pudientes” de Valencia, en este caso. Por lo tanto, el Gobierno de Mazón está ofreciendo una ayuda de 250 millones que podría ser superior si ese “dinero no se hubiera perdido”. “Podría incluso duplicar el paquete de ayudas”, continuaba el jefe del Ejecutivo, para afearle a continuación que, de los 76 millones de euros otorgados a empresas para labores de reconstrucción, la Generalitat ha concedido 54,7 millones a firmas “involucradas a la financiación irregular del PP”.

“Tienen ustedes un concepto muy patrimonialista del Estado”, deslizaba el presidente, al tiempo que tocaba uno de los temas tabú entre los populares que no es sino la concesión de contratos a la hermana del hoy líder de la oposición durante su estancia al frente de la Xunta de Galicia. “Pregúntenle al señor Feijóo por los contratos que concedía a su hermana y a otros familiares”, deslizó.

En ese momento, la bancada del Partido Popular estalló entre gritos increpando al presidente del Gobierno, que resistía en el atril con respuestas afirmativas. “Sí, señorías, efectivamente”, replicaba. Los alaridos no cesaron y provocaron la intervención de una Francina Armengol que recordaba el “decoro” necesario en la Cámara y llamaba al orden a sus señorías. Cuando llegó el silencio, Sánchez dio la estocada final, reafirmándose en la idea de que el PP “utiliza las instituciones para favorecer a sus amiguetes”.

Fanatismo climático

El jefe del Ejecutivo abandonó el tono institucional para dar respuesta a los “bulos” del Partido Popular y de Vox, así como a la sobreactuación negacionista de estos últimos. “Tenemos que rechazar discursos negacionistas”, arrancaba el jefe del Ejecutivo, que profundizaba en la dicotomía argumental en el flanco de la derecha y la extrema derecha: uno por exceso y otro por defecto.

“Hay dos. Uno muy a las claras, como el de Abascal, que habla de fanatismo climático, y otro como el de Feijóo, que no menciona ni una vez el cambio climático en su intervención. Es más, cuando le hemos escuchado hablar de cambio climático, ha sido de fanatismo”, ha recordado el jefe del Ejecutivo al principio de su intervención.

Al margen de la crisis de la DANA, Sánchez ha entrado en el cuerpo a cuerpo con PP y Vox en lo relativo a la corrupción que ambas fuerzas le imputan a su Gobierno. Ha aludido al empresario Víctor de Aldama sin nombrarle debido a que los conservadores buscan darle credibilidad “más credibilidad a un delincuente confeso que a la AEMET”. “Bulos sí, ciencia no”, lamentaba el jefe del Ejecutivo, que censuraba la “oposición constructiva” que encarna el líder de los populares y el de la ultraderecha. “Se han dedicado a confundir. Su estrategia han sido las campañas de desinformación”, remató.

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