Preparando el terreno para unos próximos comicios electorales que podrían llegar más pronto que tarde si la legislatura sufre un vuelco, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya se ha puesto la chaqueta electoral. Y lo ha hecho intensificando el debate sobre los servicios públicos, entrando a la confrontación con el Partido Popular y con Vox e incrementando sus apariciones en redes sociales y medios de comunicación, con sendas entrevistas. Numerosos momentos ejemplifican este cambio de dinámica del jefe del Ejecutivo.

Uno de los más recientes enfrentamientos del presidente del Gobierno con el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, se dio este miércoles en el Congreso de los Diputados, donde utilizó un símil de Star Wars para comparar la capacidad de liderazgo del gallego en Madrid. Tras recordar que Feijóo sustituyó a Pablo Casado al frente del partido, el presidente expresó: "Voy a ser comprensivo, y sobre la situación en Madrid no le voy a reprochar nada. Porque ambos sabemos que usted en esta comunidad autónoma manda menos que Jar Jar Binks en el Senado Galáctico". Una desacreditación a Feijóo que mantiene a Sánchez en la línea en la que ya se enmarcó desde su comparecencia en el Senado en la Comisión de Investigación del 'caso Koldo', en la que ya desmontó los bulos y acusaciones de la derecha y de donde salió especialmente reforzado en detrimento de los 'populares'.

La defensa de lo público

En cuanto a la defensa de lo público, motor principal del Estado del bienestar y elemento que, como bien saben los socialistas, genera alto rédito electoral entre los votantes progresistas y moderados, Sánchez ha vuelto a ponerse el traje de batalla. También el miércoles en el Congreso de los Diputados, Sánchez compareció para hablar de materias como la crisis comunitaria de la vivienda; la situación legislativa actual, una vez confirmada la ruptura de Junts per Catalunya con la coalición; los avances en materia de lucha contra la corrupción y el más destacado de todos, el estado de los servicios públicos. La gestión de casi la totalidad de los mismos está depositada en manos de las Comunidades Autónomas, mayoritariamente bajo dominio de gobiernos del Partido Popular, y la apuesta decidida por el neoliberalismo privatizador está detonando profundas crisis que el jefe del Ejecutivo no ha pasado por alto.

Miles de millones de euros más, concretamente 300.000 millones adicionales, han sido los que ha destinado el Gobierno central a las autonomías desde la coalición llegó a la Moncloa. Concretamente, 40.000 millones más a Sanidad, un incremento del 41% del presupuesto educativo o un incremento de 8.116 millones para dependencia. "Si el Gobierno central está invirtiendo más en servicios públicos, ¿por qué en muchos lugares las listas de espera y la calidad del servicio están empeorando?", se preguntaba Sánchez esta semana, que se ha respondió a sí mismo rápidamente al reparar en que las CCAA están usando ese dinero para hacer negocios privados.

"Hay gobiernos autonómicos que están usando el dinero de la gente para satisfacer las exigencias de los de arriba, de las élites, y hacer negocios que quizás sean legales pero que sin duda son inmorales y destructivos para las clases medias y trabajadoras de nuestro país", lamentaba el jefe del Ejecutivo, señalando expresamente a la mandataria madrileña, Isabel Díaz Ayuso, y su homólogo de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, ambos responsables de un incremento disparatado de las derivaciones y el presupuesto que recala en clínicas privadas, mientras las listas de espera de la sanidad pública no paran de crecer. 

"Allí donde gobiernan las derechas se está aplicando una política de recortes y privatizaciones que ya pusieron en marcha Aznar y Rajoy a nivel nacional con el objetivo evidente de desmantelar lo público y convertir los derechos de la mayoría en el negocio de una minoría privilegiada", denunciaba Sánchez. Frente a ello, aseguraba que la coalición "no va a dejar pasar ni una más". "Vamos a exigir a las CCAA transparencia absoluta. Vamos a defender con uñas y dientes el Estado del Bienestar, y cada incumplimiento que veamos, si no hay acuerdo, lo defenderemos en los tribunales", avisaba.

"Defender España es apostar por esas escuelas públicas que abren cada mañana, mejorar esos centros públicos de salud que nunca cierran ni cerraron en lo peor de la COVID, invertir en esas residencias en las que las cuidadoras públicas llaman por su nombre a quienes ya casi no recuerdan el suyo. Esa es la España que más merece nuestra defensa, la España que nos iguala y nos integra. La España de lo público y que PP y VOX no van a destruir porque no les vamos a dejar", concluía el presidente del Gobierno su alegato.

Presencia en entrevistas y en redes sociales

Además del cambio de tono en las intervenciones del líder socialista, con un discurso más fuerte, Sánchez también ha cambiado la estrategia comunicativa en sus redes sociales y en los medios de comunicación. Recientemente, el presidente del Gobierno se abría un perfil de TikTok con el objetivo de atraer a los votantes más jóvenes, en el que ha empezado haciendo recomendaciones culturales y vídeos de tono más desenfadado. Uno de los últimos, sobre la guayabera que llevaba al bajarse del avión para la cumbre CELAC-Unión Europea.


Esta semana, Sánchez ha sido entrevistado en Radio3, donde ha hablado largo y tendido de música, con especiales menciones a Guns n Roses, Cala Vento y Rosalía, y la pasada semana, fue entrevistado en El País, donde habló de la actualidad política y judicial, asegurando que confía en la inocencia del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, y que espera que la verdad "se imponga" también en las causas que enfrentan sus familiares, más concretamente su hermano, David Sánchez, y su mujer, Begoña Gómez.

"Mire, yo confío en la justicia y creo que la verdad acabará imponiéndose en estos dos casos. Y en el caso que ahora mismo está ocupando las portadas y el debate esta semana, que es el juicio al fiscal general del Estado, pues el Gobierno continúa creyendo en su inocencia, y más aún tras todo lo visto", argumentaba el presidente del Gobierno al ser preguntado, inicialmente, por el caso Cerdán y después por el caso judicial que ha sentado en el banquillo a Álvaro García Ortiz. "El Gobierno de España cree en la inocencia del fiscal general del Estado y, tras lo escuchado y visto esta semana, más aún. La verdad se acabará imponiendo, [...] y la verdad es que el fiscal general del Estado es inocente", respondía.

En este sentido, Sánchez criticaba la "fuerte máquina del fango" que, a su juicio, se ha puesto en marcha desde la derecha y la ultraderecha, y abogado por "ser escrupuloso y respetuoso con los procedimientos judiciales" al ser preguntado por sus críticas a algunos magistrados. "En el momento en que se abrieron estos procesos critiqué esta máquina del fango que ha puesto en marcha la derecha y la ultraderecha. Y lo hice porque pseudosindicatos de ultraderecha como Manos Limpias, como Hazte Oír, presentan denuncias basadas en recortes y lo que hace la oposición, la derecha y la ultraderecha, es amplificarlas con declaraciones, yendo a platós de televisión y a tabloides digitales para decir que todo esto es un escándalo. Luego se crean comisiones ad hoc como la del Senado, donde no se busca la rendición de cuentas, sino la propagación de bulos. La estrategia es hacer ruido", señalaba también, con unas posiciones contundentes ante la estrategia de la derecha.

Así las cosas, la posibilidad de un adelanto electoral ante un posible bloqueo parlamentario tras la ruptura con Junts ha provocado que Sánchez haya dado este giro de timón hacia posiciones discursivas más incisivas y confrontativas, sin alejarse de la moderación, pero respondiendo con mayor énfasis a las críticas y bulos que se arrojan desde el otro lado del espectro político.

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