Las acusaciones contra Rodrigo Rato parece que han tomado un nuevo impulso. Después de haberle sido embargados todos sus bienes, los investigadores de la Oficina Nacional de Investigación del Fraude (ONIF) han confirmado que el exvicepresidente con Aznar recibía dinero de una sociedad domiciliada en Las Bahamas, otro paraíso fiscal como Suiza situado al norte de Cuba. Según los trabajos de la ONIF, el "beneficiario final" de la sociedad Red Rose situada en este archipiélago era Rodrigo Rato y de ella recibió directamente dos pagos de 300.000 euros y otros 850.446 a través de otra sociedad controlada por él.

El informe, recogido por El Mundo, ya avanzó en julio al juzgado de Madrid que investiga al exdirector general del FMI estos pagos realizados en 2012 y 2013 a través de la empresa Vivaway, propiedad de Kradonara, considerada la piedra angular del entramado societario de Rodrigo Rato.

Señalado por su socio
Para que la situación judicial de Rodrigo Rato se complique aún más, el fundador de Kradonara y socio único de Vivaway Limited, el abogado Domingo Plazas, ha admitido ante el juez su participación en el entramada pero asegurando que "cumplía las instrucciones que me daba el señor Rato". Para justificar esto, Plazas aseguró que no le resultó sospechoso que el dinero se moviera desde fuera de España hacia dentro en operaciones simuladas ya que lo achacaba a que Rato no quería aparecer en sus sociedades porque era un personaje conocido.

A la vez que se producía la declaración del testaferro de Rato ante el juez en Madrid, la Fiscalía recurría la decisión de la Audiencia Nacional de rechazar la competencia sobre el caso del exvicepresidente.

Duro informe del fiscal
Desde la Fiscalía han respaldado el informe de la Onif ratificando que por el flujo de dinero que recibió Rodrigo Rato, "de origen injustificado", "no consta" que ni él ni sus empresas "hayan tributado" por el dinero recibido desde el extranjero. Y es este argumento de que la actividad criminal no se ha producido solo en España en el que se apoya el fiscal para pedir que el caso pase a la Audiencia Nacional. El entramado societario llega hasta Berlín, Reino Unido, Gibraltar y Luxemburgo por parte de la empresa Kradonara y el recibido directamente por Rato desde Estados Unidos, Reino Unido o Luxemburgo también.