Primera sesión de control al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, después de que saliera a la luz que el ya ex secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, habría participado de una trama vinculada con el presunto amaño de obra pública en la que también aparecen el que fuera ministro de Transportes, José Luis Ábalos, y Koldo García, quien fuera su asesor.

El ambiente se esperaba caldeado, pero el ridículo que han protagonizado la derecha y la ultraderecha quedan lejos de situarse en los límites que merecen un espacio como el Parlamento, una vez más. Primero ha sido el Partido Popular, quien tras la primera réplica del responsable del Ejecutivo, ha empezado de manera unánime a lanzar gritos de “dimisión” hacia el dirigente primero de Moncloa.

Después, en el turno de palabra de Vox, su presidente, Santiago Abascal, se ha levantado de su escaño y ha abandonado el hemiciclo. Lo ha hecho él solo, nadie más de su partido, y es que el resto de diputados ultraderechistas se han quedado en su asiento, acompañando a Abascal únicamente con aplausos.

Por partes, ha sido tras la esperpéntica escena y dado que las interrupciones cada vez que Sánchez tomaba la palabra no cesaban que Francina Armengol ha tenido que para el pleno. La presidenta del Congreso se ha dirigido directamente en primera instancia al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, a quien pediría más tarde “poner orden” en sus filas.

“(…) Han pedido una pregunta al presidente del Gobierno que está intentando contestar. Igual que cuando ha intervenido el señor Núñez Feijóo… Les pido una vez más, por favor, un mínimo de educación y de respeto a esta cámara parlamentaria”, ha indicado Armengol.

Mientras el secretario general de los socialistas enumeraba los múltiples casos de corrupción o acusaciones por presunta corrupción en las filas de la derecha, la encargada de dirigir el pleno ha tenido que volver a para la sesión para frenar la actitud de la bancada ‘popular’ en el momento en el que ha empezado la emitir a gritos la palabra “dimisión”. Escena que los socialistas han respondido poniéndose de pie y aplaudiendo a Sánchez.

“Señorías, les pido sosiego. Y tengo que apelar al presidente del grupo popular para que ponga orden en su grupo. No es posible que no se deje intervenir a las personas del Gobierno ni de los otros grupos parlamentarios. Esto no es posible en democracia”, ha indicado.

Segundo acto: la ‘performance’ de Abascal

En toda una declaración de intenciones, después de su discurso Abascal ha destacado que “como usted (Sánchez) nunca contesta, no lo ha hecho en siete años, no me voy a quedar a escuchar sus mentiras, sus embustes, ni soportar su chulería”.

“No aguantamos el modo en el que usted humilla y miente a los españoles sistemáticamente. Es usted un indecente, ¿lo recuerda? Y de eso no tiene duda ni siquiera quienes le apoyan. Es usted un corrupto y un traidor”, ha pronunciado el líder del partido de extrema derecha para, acto seguido, irse de la Cámara.

En su turno de respuesta, Sánchez se ha dirigido de la siguiente manera a un ya ausente Abascal: “Abro comillas ‘Se han desviado en cuatro años siete millones de euros a una fundación privada en la que se ha colocado como presidente vitalicio a Santiago Abascal Conde (…) Vox apesta a corrupción, hemos pasado del todo por la patria al todo por la pasta (…) Vox es una estafa y practica el negocio del patriotismo”.

Todas estas frases pertenecen a la exportavoz del partido, Macarena Olona, encargada de denunciar la corrupción del partido del que hace años que no forma parte. No contentos con el espectáculo, la presidenta ha llamado al orden a un diputado de Vox que, directamente, se encontraba propiciando insultos al presidente del Gobierno. “Alguna gente intenta provocar, pero la democracia es más fuerte que esa provocación”, ha expuesto.

"Una banda de ultras"

Fuentes del PSOE han lamentado que la oposición desprestigia "a diario en el Congreso, de forma consciente e intencionada". "Hemos vuelto a ver qué entiende el Partido Popular por respeto a las instituciones de todos. Como si de una banda de ultras de fútbol se tratase, los diputados y diputadas del Partido Popular patalean, insultan, gritan, desobedecen los llamamientos de la presidencia de la Cámara… todos a la orden del cabecilla del movimiento, Alberto Núñez Feijóo, ha indicado.

Asimismo, han añadido: "El hombre que no es presidente porque no quiere convierte el Congreso de los Diputados en una charca de fango porque así cree que gana puntos. Feijóo quiere presentarse, si le dejan, de nuevo en unas elecciones para gobernarnos a todos y todas, cuando su tarjeta de presentación en la Cámara Baja es la de la crispación, la mentira, el insulto y la pataleta".

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