El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, en el Palacio de la Moncloa donde ha presidido hoy junto al primer ministro de Polonia, Donald Tusk, la IX cumbre entre ambos países. EFE



"Un presidente del Gobierno no puede estar saliendo cada día al paso de cada una de las informaciones o rumores que se publiquen". Con este argumento Mariano Rajoy ha justificado el espeso silencio que mantiene, y su cerrazón a explicar su relación con Bárcenas, a pesar de lo que le piden grupos políticos y medios de comunicación. Además ha subrayado que el Gobierno no se somete a un "chantaje" en referencia a las últimas noticias publicadas sobre las revelaciones del extesorero que lo comprometen seriamente. "El Gobierno se apunta a la estabilidad y voy a cumplir con el mandato que me dieron los españoles", ha sentenciado. O dicho con otras palabras: de dimitir, nada de nada.

El presidente, que ha prácticamente leído su contestación, ha argüido la necesidad de hacer frente a la crisis y la estabilidad del Gobierno como prioridades que, ha dado a entender, corren riesgo a causa de la crisis Bárcenas. En este sentido ha dado a entender claramente que no acudirá al Congreso como le exige por unanimidad la oposición: "El pasado 3 de febrero realicé amplia intervencion publica al respecto" -se refiere a la intervención que hizo ante los miembros de su partido y que los medios de comunicación sólo pudieron seguir a través de una televisión de plasma- "y me ratifico en lo que dije en esa comparecencia y sobre todo lo que afirme en el debate sobre el estado de la nacion".

Rajoy valora que "entonces (durante el Estado de la Nación) tuvieron ocasion de debatir conmigo (los líderes de la oposición) y lo hicimos largo y tendido". Apreciación que le ha valido para llegar al que parece que es su 'gran argumento': "Entendera que un presidente no puede salir al paso de cada una de las informaciones rumores que se publiquen o se vayan publicando". Que esas informaciones sean cada vez más comprometedoras contra él no le parece reseñable, al parecer.

Antes, Mariano Rajoy había 'presumido', como vienen haciendo desde la propia Moncloa y todos los miembros del Gobierno y el PP que tienen un micrófono a su alcance, de que los SMS entre él y Bárcenas no vienen sino a demostrar que el GobierNo no está influyendo sobre la justicia, como si actuar conforme a la ley resultara algo de lo que pudiera sacarse pecho. "Ni se ha producido ni se esta produciendo ni se va a producir indicacion sugerencia ni presion a la administración de justicia, ni tributaria, ni a la policia judicial" ha dicho un solemne Rajoy, antes de presumir de que "tanto los fiscales como juez policias o administracion tributaria" que investigan son los mismos que lo hacían antes de que el PP llegara al poder.

Por cierto, en su declaración Mariano Rajoy no ha hecho ni insinuación de negar o recitificar los SMS que publicó ayer el diario El Mundo, y en los que quedaba claro que había mantenido conversaciones con Luis Bárcenas hasta el pasado mes de marzo sobre la investigación sobre el extesorero. Unos mensajes en los que le pedía paciencia, y le venía decir que era muy dificil actuar en su favor.