Las negociaciones para la celebración del cara a cara entre Sánchez y Feijóo no han sido sencillas. A las constantes excusas del PP, reacio a la celebración de debates televisados que pudieran poner en un aprieto a su candidato, al que en Génova ven como favorito en las encuestas y menos capaz de capitalizar el voto en el enfrentamiento directo con el presidente del Gobierno, se han sumado las tiranteces entre los equipos encargados de fijar las reglas y establecer justicia de ambos partidos. Tal y como ha podido conocer ElPlural.com de fuentes del PSOE en las negociaciones con Atresmedia, los socialistas reclamaron al grupo de comunicación que ninguno de los contrincantes pudiera hacer uso de pinganillos ni de otro tipo de aparatos electrónicos con los que recibir información, datos o argumentos del exterior.

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Finalmente, los órganos establecidos por Atresmedia para dictaminar qué condiciones eran aceptables y cuáles no han decidido dar el visto bueno a la reclamación socialista, sentenciado, de esta forma, la prohibición expresa de herramientas con las que Sánchez y Feijóo pudieran capear una posible falta de preparación, malversando así el debate y facilitando la argumentación de los candidatos en un enfrentamiento, el único que ha aceptado el presidente del PP, que se prevé capital para contraponer modelos de país, mover el voto indeciso y aferrarse a las opciones de victoria el domingo 23 de julio.

La petición de los plenipotenciarios de Ferraz en la negociación de las reglas del debate no es baladí. Los constantes rumores sobre el uso de pinganillos o audífonos para recibir información del exterior han rodeado a dirigentes del PP como Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, a quien siempre se ha acusado de hacer uso de la electrónica en sus intervenciones en la Asamblea, las sesiones de control o las distintas entrevistas concedidas a los medios de comunicación. Con este precedente, y haciendo alusión a diversas pruebas que podrían acrecentar estos rumores, desde Ferraz creen que el debate debe ser lo más transparente posible, centrado exclusivamente en los conocimientos que cada candidato haya conseguido memorizar o aprender en el momento del cara a cara.

Los pinganillos, para quien no lo sepa, no son más que un dispositivo electrónico con el cual una persona puede recibir información, datos o respuestas desde el exterior. La prohibición de estos no es extraña. De hecho, ya están absolutamente cancelados en exámenes oficiales como puedan ser unas oposiciones o la Selectividad.

Además, y probando la desconfianza que existe entre ambos partidos llamados a jugarse la gobernabilidad de España el 23 de julio, desde el PSOE reclamaron a Atresmedia que, incluso, se instalaran inhibidores de frecuencia que imposibilitaran que Feijóo, en caso de saltarse las reglas y ocultar un posible pinganillo secreto -los hay totalmente preparados para ser prácticamente indetectables-, viera frenadas sus opciones de comunicación con su equipo asesor.

Con la decisión final de Atresmedia, el debate electoral queda completamente en manos de los dos grandes aspirantes a La Moncloa. En Ferraz ven esta posibilidad de confrontar programas e ideas como una opción más que seria por dar la vuelta a la situación y seguir creciendo en las encuestas, en la ciudadanía y en el relato. Con esta presión instalada en la sala de máquinas socialista, no es de extrañar que el presidente del Gobierno haya decidido despejar su agenda del primer fin de semana de campaña para prepararse de cara al lunes.

El propio Sánchez no ha dudado en reconocer que está estudiando pormenorizadamente sus argumentos, armarse de datos y prepararse ante los previsibles envites lanzados por su contrincante. De hecho, el líder del Ejecutivo compartió este jueves una fotografía en la que se le veía compartiendo ideas con un equipo conformado por personas de su máxima confianza, tales como Teresa Ribera, Félix Bolaños, María Jesús Montero, Nadia Calviño o José Luis Escrivá. “Preparando datos y argumentos con mi equipo para los debates electorales. La democracia consiste en contrastar propuestas y proyectos con transparencia”, añadía en el mencionado tuit.

Frente a ellos, en Génova se esfuerzan por quitar importancia a la celebración de este cara a cara. La estrategia popular desde que Sánchez lanzase el reto de debatir cada lunes de campaña ha sido una constante: primero renunciaron a televisar la campaña, posteriormente inventaron un modelo a tres en el que se invitaba a Yolanda Díaz, luego exigieron la participación de EH Bildu y ERC y, finalmente, sentenciaron que Feijóo exclusivamente participaría en el cara a cara del lunes, borrándose de esta forma de los debates a cuatro y a siete organizados por PRISA y RTVE.

¿Cómo será el cara a cara?

En Atresmedia ya tienen perfilados todos los detalles del enfrentamiento. El grupo, sabedor de la importancia otorgada a este evento, no ha querido dejar nada a la improvisación. Con Vicente Vallés y Ana Pastor a los mandos de la moderación del debate, incluso el turno de intervenciones y el lugar de la mesa en el que se sentarían cada uno de los candidatos fue sometido a un sorteo televisado el pasado miércoles 5 de julio.

El sorteo, además, contó con dos manos inocentes: una del PSOE y otra del PP. La ministra de Educación y portavoz del PSOE, Pilar Alegría, fue la encargada de jugarse la suerte de Pedro Sánchez; en el otro lado encontramos a Esteban González Pons, eurodiputado y vicesecretario del PP.

Plató del cara a cara

 

Sobre los tiempos, el sorteo sentenció que Feijóo deberá llegar antes a los estudios de Atresmedia. Por su parte, Sánchez será el primero en hablar, teniendo en su mano el minuto inicial. Feijóo, en cambio, contará con la ventaja de cerrar el evento con el conocido como ‘minuto de oro’.

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