Mientras las encuestas afilan sus navajas entre las mayorías posibles que gobernarían la Comunidad de Madrid después del 4 de mayo, la Moncloa se ocupa de lo suyo: Reforzar el Gobierno de coalición. Reestructurada una parte de su arquitectura interna, con la lógica supremacía de la vicepresidenta segunda de Economía y presidenta de la Comisión Delegada para Asuntos Económicos, Nadia Calviño, la capacidad dialogante de la vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, promete rebajar la temperatura.

Su capacidad para encontrar puntos de encuentro, que no laxitud en sus posiciones, con una visión de las categorías éticas que heredó de su padre, ex secretario general de Comisiones Obreras en Galicia, reequilibrará el clima interno de la coalición, algo muy necesario en esta nueva etapa del Gobierno de Pedro Sánchez.

Muchos de sus compañeros de Gabinete han respirado aliviados con la marcha de quien se empeñó en ser vicepresidente del Gobierno, aún a riesgo de otra repetición electoral. Y más aún, cuando intuyen que Yolanda Díaz ha descartado competir por la dirección del partido Unidas Podemos, una vez que Pablo Iglesias ha anunciado que no se presentará a la reelección.

Además, la ausencia de Iglesias en el Congreso de los Diputados hará más difícil la reformulación de un grupo de oposición parlamentaria al Gobierno, a reserva del papel que decida desempeñar Esquerra Republicana cuando finalice la etapa de incertidumbre en Cataluña.

No es fácil imaginar, a día de hoy, que el partido Socialista siga gobernando el país en tácita alianza con un Ejecutivo madrileño apoyado por las formaciones de izquierdas en el Parlamento autonómico y con Angel Gabilondo en la Puerta del Sol.

Acertaba el candidato socialista cuando decía este lunes en una entrevista en TVE que “no es lo mejor apoyar a un gobierno que protagoniza una experiencia fallida y tiene en su corazón a la ultraderecha”.

Además, el socialista pone por delante la necesidad de evitar que Vox gobierne en Madrid y promete afrontar desde el primer día los temas que Isabel Díaz Ayuso ha abandonado, dedicada en a la creación de su propio personaje. Gabilondo quiere poner por delante los problemas socioeconómicos de los ciudadanos, la vacunación, la reconstrucción social y el no dejar a nadie atrás. Eso, a partir de que las fuerzas progresistas ganen y empiecen a actuar muy deprisa para encarrilar Madrid en los escasos dos años de legislatura que faltan hasta los siguientes comicios.

La última peripecia de Toni Cantó que, de momento y a la espera de la decisión del Constitucional, no puede concurrir en la candidatura que encabeza Díaz Ayuso, ha facilitado que el director nacional de Comunicación on Line del PP, Ismael Sirio, se haya cubierto de gloria gracias con un tuit en el que se queja de este modo: Toni Cantó no puede ir en la lista del PP y el presidente del sindicato de manteros sí puede ir en la candidatura de Unidas Podemos. Dicho de otro modo, Cantó es superior al candidato senegalés, Serigne Mbayé.