El periodista de la Cadena Ser y La Sexta, Miguel Ángel Campos, fue uno de los profesionales de la información que declararon como testigos en el juicio que acabó condenado al exfiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por revelar y filtrar datos reservados de la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Alberto González Amador, tras la publicación de un bulo propagado por el jefe de gabinete de esta, Miguel Ángel Rodríguez. En su testimonio, Campos y el resto de los compañeros, afirmaron haber tenido en su poder el documento antes que el propio García Ortiz y desmintieron que el alto representante del ministerio público fuera la fuente de dicha información. Ello no bastó a la mayoría del tribunal de la Sala II de lo Penal del Supremo.

Como saben, un testigo tiene la obligación judicial de decir verdad y, antes de comenzar su correspondiente intervención, el magistrado y/o presidente de la Sala informa de la posible incursión en un delito por falsedad testimonial en caso de embuste. Por ende, se presupone que todos los comparecientes en calidad de testigo dicen la misma verdad. Igualmente, las magistradas que emitieron un voto particular por su disonancia en cuanto al sentido del fallo y la sentencia se refieren, Susana Polo y Ana Ferrer, señalaron que ninguno de los periodistas cayó en incongruencias y que su relato fue coherente, además de la radiografía de la falta de elementos probatorios contra García Ortiz.

En una entrevista para El Intermedio, Campos ha afirmado que el Supremo tendría la obligación de denunciarle por falso testimonio si cree que ha mentido. “Estoy deseando que lo hagan”, dijo. Al tiempo, auguró que “un juez independiente, a la vista de los indicios y las pruebas, sería incapaz de condenar a ninguno de los periodistas por falso testimonio” y afeó la “falta de gallardía” del Supremo para “ordenar la incoación de un procedimiento por falso testimonio contra mí y el resto de los compañeros que hemos declarado”, dijo.

Campos recalcó que “toda persona que declara como testigo ante un tribunal se somete a prevenciones, está declarando bajo juramento y se le apercibe de las consecuencias que tiene para el delito de falso testimonio al no decir la verdad”. Por ende, si la sentencia condena al fiscal es porque los cinco magistrados descreen las declaraciones de los periodistas de El Mundo, El País, la Cadena Ser, La Sexta y eldiario.es. Asimismo, Campos sostuvo días después en el programa Al Rojo Vivo que si el presidente del Tribunal le hubiese solicitado los mensajes que intercambió con García Ortíz aquel día, los hubiese facilitado sin problema porque, además de una llamada de 4 segundos, no hubo contacto alguno.

Además, por si no hubiera sido suficiente, el ponente de la sentencia, Andrés Martínez Arrieta, se refirió al derecho constitucional que tienen los periodistas a no relevar sus fuentes como un amparo para no decir la verdad: “Somos conscientes del difícil equilibrio al que se somete a un testigo, amparado en el derecho al secreto profesional cuando responde a preguntas de tanta relevancia para el esclarecimiento de los hechos", dice la sentencia. "Su testimonio en el plenario ha sido valorado con la firme convicción de que, en ningún caso, sus respuestas se vieron afectadas en su veracidad por el ejercicio de ese irrenunciable derecho", añade el texto. No obstante, Campos sigue negando que fuera el fiscal quien filtró la imformación a la emisora raidiofónica para la que trabaja.

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